sábado, 10 de mayo de 2014

Trastornos de la identidad sexual



El desarrollo de la identidad sexual puede sufrir perturbaciones, las que pueden expresarse clínicamente según la etapa evolutiva, ellos son:

 

1.    Asunción de características del sexo opuesto: se expresa en el deseo de ser o pertenecer al sexo opuesto, o bien asumir conductas típicas del otro sexo. Por ejemplo: en niños, la preferencia de vestir con ropas femeninas, usan toallas, delantales o pañuelos para similar faldas o pelo largo; dibujan niñas o princesas; prefieren ídolos femeninos de la televisión o música y las imitan; usan muñecas para desempeñar juegos que representan papeles de crianza, como peinar, comer, amamantarlas, vestirlas, etc. En las niñas, se observa insistencia en usar sólo ropa masculina, preferencia por juegos bruscos y de compañeros de juegos varones.

 

2.    Malestar persistente con el sexo asignado: se define por el rechazo a sus propios genitales y otros caracteres sexuales secundarios.

 

3.    No desarrollar conductas que se consideran típicas del sexo biológico: esto es más propio de los varones, se manifiesta en un rechazo por juegos bruscos, desinterés por el deporte, excesivo interés por actividades pasivas y dificultades al momento de integrar un grupo de pares masculino.

 

Cuando en un niño se expresan varias de estas conductas persistentes en el tiempo, las posibilidades de presentar alteraciones en la orientación sexual adulta son casi una regla. Los trastornos del desarrollo de la identidad sexual se inician en los años preescolares, incluso de han descrito casos de niños con dos años, sin embargo ya a partir de los cinco años el 90% de los niños con el trastorno manifiestan las características de uno u otro modo.

 

Los trastornos de identidad sexual se caracterizan por la existencia de una incongruencia entre el sexo anatómico del individuo y su propia identidad de género, entendida ésta como la propia percepción o conciencia de ser hombre o mujer.


 

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