viernes, 23 de julio de 2010

Inteligencia y Capacidad Emocional

Primitivamente nuestras emociones nos proporcionaban claves para la supervivencia, el miedo nos ayuda a protegernos del peligro, la isa ayuda a enfrentar obstáculos en pos de lo que necesitamos, por ejemplo. Sin embargo hemos evolucionado y con ello la sociedad de la que somos parte, haciéndose necesaria una nueva capacidad de regulación emocional, que nos permita comprender qué sentimos y qué sienten los demás en alguna situación determinada.

Esto es especialmente válido en los niños, donde las capacidades relacionadas con las emociones se convierten en un tesoro valioso para el futuro personal y social.

Cualidades como el optimismo, la persistencia y la automotivación forman parte de lo que se llama inteligencia emocional. El coeficiente emocional no se basa en el grado de inteligencia de un niño, sino en lo que se denomina carácter o características de la personalidad. Estas capacidades y esta inteligencia emocional puede llegar a ser más importante en el éxito en la vida que un coeficiente intelectual elevado.

La inteligencia emocional describe una serie de cualidades emocionales importantes para lograr el éxito, entre las que se encuentran el respeto, la cordialidad, la simpatía, la empatía, la independencia, la expresión y comprensión de los sentimientos, la capacidad de adaptación, la capacidad para resolver problemas interpersonales, la persistencia, el control de las propias emociones negativas y la amabilidad. De este modo, la inteligencia emocional es un subconjunto de la inteligencia social que contiene a la capacidad para controlar y comprender los sentimientos y emociones propios y ajenos, usando además esta información para guiar el pensamiento y las conductas posteriores. Aunque no es posible medir fácilmente estas características sí pueden ser reconocidas en los niños a través de sus acciones.