martes, 10 de febrero de 2009

“LUNA VA AL COLEGIO”

Luna se despertó temprano, era día sábado y sabía que ese día sus padres le comprarían su ropa escolar. Había esperado todas las vacaciones y por fin llegó el momento; la próxima semana sería su primer día de colegio. Donnie escuchó que su hermana cantaba alegremente y aún dormido, le dijo que no era nada importante ir al colegio, “sólo tienes que estudiar y obedecer”, pero a Luna le encantaba la idea de tener cuadernos y libros nuevos, llenos de dibujos y palabras que pronto aprendería. Los padres de despiertan sobresaltados cuando Luna se deja caer en la cama, “rápido, tomemos desayuno para ir a comprar mi ropa”, ambos padres sonríen al ver a su hija contenta. Ese día fue agotador, Luna y su familia caminaron mucho para encontrar el uniforme adecuado y los zapatos… uf… Luna quería zapatos especiales. Luego de almorzar, la familia se dirigió a la librería, debían comprar la interminable lista de útiles escolares. Ya en el hogar, los niños se dedicaron a ordenar sus cosas, estaban listos para ir al colegio.

Esa noche Luna soñó que entraba a su colegio, iba contenta, sus padres la dejaban en la fila de su curso. En su sueño miraba a sus compañeros con curiosidad. Ya en la sala de clases se dio cuenta que nadie quería sentarse a su lado, como no conoce a su profesora no se atreve a pedir ayuda, por lo que termina sentada sola junto a una ventana, en el último rincón de la sala. De pronto se da cuenta que no llevó su mochila, todos sus cuadernos y libros quedaron sobre su cama. Los compañeros de Luna se dieron cuenta y comenzaron a reír, señalándola. Luna despierta agitada y sollozando, ya no quiere ir al colegio. Los padres acuden en su ayuda, le explican que ha tenido un feo sueño, pero ella les dice que “realmente sucederá”. Los padres conversan entre ellos, y deciden que lo mejor es acompañarla unos días antes a conocer su colegio, incluso conocer a su profesora. La nueva “tía”, le explica que por ser el primer día de clases los alumnos se sentarán por orden alfabético, además le explica que como la mayoría de los niños son nuevos, comparten la misma inquietud. “Ante cualquier problema, puedes levantar tu mano y yo iré en tu ayuda”, le dijo a Luna. La pequeña sonríe más tranquila al observar su futura sala de clases, tiene bonitos colores y es muy luminosa. “Sólo espero no olvidar mis cuadernos” se dijo Luna. Para solucionar esta inquietud, la mamá ayudará a su hija a ordenar los útiles necesarios para su primer día, y ambas dejarán la mochila junto a la puerta de calle, así al salir esa mañana no olvidarán llevarla consigo.

Ha pasado una semana y Luna ha experimentado muchas cosas nuevas, aún se preocupa por las mañanas, pero sus padres siempre logran tranquilizarla al contarle sus propias historias del primer día de clases.

Uno de los cambios importantes que deben enfrentar los niños es el paso del play group al colegio, con reglas y normas más estrictas que a las cuales deben adaptarse, se suma a ello el conocer a nuevos compañeros y profesores. Conversar y acoger los sentimientos que naturalmente surgen ayudan a tranquilizar a los pequeños escolares. Es útil recorrer el nuevo colegio, para que el niño se familiarice con las aulas, los patios de juego y los baños. Asimismo si hay un hermano mayor, se le puede pedir que relate cómo es el colegio y los profesores, así como su propia experiencia, quién mejor que aquel que está inmerso en el mundo escolar.