jueves, 10 de diciembre de 2009

Psicoterapia de niños


Debemos considerar siempre que el niño que consulta se encuentra inserto en una serie de sistemas, dentro del cual se desarrolla y crece. Se encuentra el sistema familiar (con todos sus subsistemas, el sistema escolar y más ampliamente el sistema social, como redes comunitarias y religiosas). Todos ellos deben ser definidos y comprendidos desde la mirada del niño, entendiendo cómo se relaciona con cada uno de ellos.

Por otro lado, debemos identificar los factores constitucionales y madurativos de su desarrollo, así como también los elementos emocionales y vinculares que forman parte de su persona.

Cuando se habla del número de sesiones a las que debe acudir semanalmente el menor a terapia, se debe tratar de comprender, en primer lugar el complejo entramado de las relaciones que lo rodean. Por lo que debemos resaltar en forma especial la realización de un buen proceso psicodiagnóstico, que permita el entendimiento por parte del psicólogo del mundo que rodea al niño, y sólo así poder tomar la mejor decisión respecto de las frecuencias de sesiones semanales. En muchos casos la distancia, las actividades sociales de los niños y laborales de los padres, el dinero, etc., pueden impedir un número alto de sesiones a la semana, por lo que forzar este punto resulta iatrogénico para el sistema familiar.

Considerando los antecedentes recopilados en el proceso diagnóstico, un tratamiento psicológico una vez a la semana resulta el más apropiado para llevar a cabo los objetivos propuestos al inicio de las sesiones; sin embargo, debemos siempre contar con un sólido vínculo con el menor y su familia, para que esa frecuencia no sea reducida a unas pocas veces al mes, lo que finalmente conduce al fracaso anticipado de los objetivos terapéuticos, ya que una sesión semanal constituye siempre la frecuencia mínima con la que es posible realizar un buen proceso psicoterapéutico.

(Ref.: Algunas reflexiones acerca de nuestro quehacer con niños: una revisión abierta de nuestra técnica y abordaje clínico. Agrupación Yocari)

lunes, 30 de noviembre de 2009

Atención Pssicológica

Atención psicológica particular, niños, adolescentes y adultos.

Av. Vitacura 5900, of. 403, frente a Clínica Alemana.
Celular: 8 729 02 56

8 años de experiencia profesional.
Psicodiagnóstico y Psicoterapia individual, asesorías, apoyo vocacional, crisis, depresión, ansiedad...etc.

miércoles, 28 de octubre de 2009

comentarios....

Desde los primeros años escolares, se observan diferencias en los niños, respecto de la actitud con la que enfrentan sus obligaciones. Hay pequeños que esperan que los padres solucionen todos sus problemas, otros son excesivamente responsables e incluso llegan a enfermar por tratar de cumplir con las obligaciones. Un término intermedio es el objetivo a lograr y sólo se puede hacer entregando confianza en el hijo, señalando con claridad lo que se espera de él, de acuerdo a su desarrollo, sin sobre exigir, se les debe entregar la responsabilidad de sus deberes, creando un hábito que como su significado lo dice, tiene que ser constante, a diario, en horarios similares, incluso durante los fines de semana.

martes, 27 de octubre de 2009

LUNA OLVIDA SUS MATERIALES

La mamá de Luna acude a la librería, llega justo antes de cerrar, sabe que no tendrá tiempo suficiente en la semana para comprar la larga lista de materiales para su hija, y como suele suceder con los hijos, Luna sólo recordó su lista el domingo por la tarde, “en fin” dijo la madres, “cuando crezca aprenderá a ser responsable con su colegio”. Sin embargo al llegar a casa, Luna se encontraba viendo por décima vez “magadascar”, acostada en la alfombra de la sala absorta en los dibujos ni siquiera prestó atención cuando su madre le preguntó si tenía lista su mochila para el día siguiente. Sólo reaccionó, aunque sea para protestar, cuando la madre apaga el televisor. “¿Por qué no has hecho tus deberes?” le pregunta, ella responde que más tarde, “cuando me vaya a acostar”, “¡No!” agrega la madre, sabiendo que Luna debe bañarse y acostarse temprano, ya que demora mucho tiempo levantarla por las mañanas. “Pero mamá, ¡ni siquiera vi el final!” alega la niña. La madre ya enojada vuelve a decir, esta vez con la voz más alta, que le había pedido ordenar sus cosas antes de ir a comprar sus materiales, “que ya habías olvidado”, remata. Luna, evidentemente enfadada con su madre se dirige a su habitación y a regañadientes revisa su horario para el día lunes. “Menos mal que me toca educación física”, piensa Luna, ya que ello le permite ir sin su uniforme escolar. Como todas las mañanas Luna se levanta algo más tarde que su hermano, por lo que debe apurarse para estar lista a la hora acostumbrada. Afortunadamente llegan a la hora y Luna va contenta con su equipo de gimnasia, sin embargo, una sensación de vértigo le sobrevino cuando vio a todos sus compañeros con el acostumbrado uniforme escolar, sólo ahí recordó que la profesora les había enviado una nota a sus padres informando que las clases de educación física se habían cambiado de horario, en vez de ello, hoy tenía clases de Arte. Era la primera hora de clases y luego de responder a sus amigos porqué tenía el otro uniforme, pensó que durante el recreo podría llamar a su mamá para que le llevase sus materiales, no sin antes recibir un nuevo “reto” de su parte. Cuando por fin convence a su hermano de que le preste dinero para usar el teléfono, logra comunicarse con su mamá. Ella guarda silencio por unos segundos al escuchar a su hija, “lo siento”, le dice, “en estos momentos estoy en una reunión importante y no puedo dejar todo botado porque se te han olvidado tus deberes, otra vez”. Luna no sabe qué hacer, su papá está de viaje y sólo llega el miércoles. Cuando llega la hora de la clase de Arte, su profesora le pregunta porqué no ha llevado sus materiales, Luna a punto de llorar le dice con voz tenue, que los ha olvidado, “¿pero no mostraste la nota a tus papás?”, le pregunta, “no, se me olvidó también”, señala la niña. “Bueno, en castigo deberás ayudar a tus compañeros y la próxima clase deberás traer tu trabajo listo”, le dice la maestra en tono comprensivo, pero firme.

Por la noche, Luna se encuentra muy nerviosa, sabe que su mamá querrá hablar con ella y por el tono de voz al teléfono, sabe que no estará contenta. Antes de que ella llegue, y sin que nadie se lo recuerde, prepara sus cosas para el día siguiente, incluso su ropa y zapatos. Al llegar su madre, se acerca a su cama y sabiendo que no está dormida, le explica que debe hacerse responsable de sus deberes, ya en el colegio, las obligaciones son mayores y los profesores más exigentes, agrega que ella pude jugar y ver televisión, sin embargo, “tiene que haber mayor preocupación”, señala. Aunque esta ha sido la primera vez que sucede, la madre ha visto que Luna “ha relajado sus deberes”. Le pide que de ahora en adelante, prepare sus cosas con anticipación, revisando sus cuadernos y libretas todos los días, avisándole cuándo necesita algún material especial. “No basta con tratar de recordar lo que debes hacer” añade, Luna responde positivamente, sabe que ha sido “un poco irresponsable” y que sus padres esperan algo más de ella.

martes, 29 de septiembre de 2009

Continuación...

Algunas características de los niños y adolescentes con trastornos de personalidad son las relaciones perturbadas con sus pares, con deseos de control y posesividad, hipersensibilidad al estrés, al aburrimientos y a la devaluación de sí mismos, expresión de afectos con tono dramático, timidez y dificultad para establecer relaciones de amistad, dificultad en las actividades recreativas en especial para disfrutar, rigidez, perfeccionismo, temperamento explosivo, bajo rendimiento académico, impulsividad, entre otros.

Cabe mencionar que cada síntoma por separado no se constituye un trastorno sino que es necesaria la evaluación rigurosa del profesional para diagnosticarlo como tal.

(Ref.: Kernberg, P.; Weiner, A.; Bardenstein, K. (2002) Trastornos de personalidad en niños y adolescentes. Manual Moderno: México)

jueves, 10 de septiembre de 2009

Continuación...


Tenemos conocimiento de que muchos problemas clínicos infantiles son mutables con un desenlace saludable con el proceso de desarrollo de un niño, sin embargo, los menores ya en edad escolar suelen tener mayores dificultades para resolver con éxito sus problemas en forma “espontánea”. Existen estudios de predictibilidad de la patología adulta desde la temprana infancia, como es el comportamiento antisocial en la infancia y adolescencia.

De este modo es posible suponer que los niños tienden a mantener sus perturbaciones psicológicas en especial cuando no reciben atención clínica especializada.

Para comprender los desórdenes de personalidad debemos conocer algunos de los componentes que constituyen la personalidad:

Temperamento: que sería la predisposición biológica de los seres humanos.

Identidad: la estructura interna mental que incluye el sentido de sí mismo (en niños está en desarrollo).

Género: componente de la identidad y que lleva a definirse de acuerdo a la cultura y sociedad donde se vive.

Alteraciones neuropsicológicas del desarrollo: déficit cognitivo, para procesar y organizar información, por supuesto no presente en todos los niños.

Mecanismos de defensa: necesarios para enfrentarse y adaptarse al estrés interno y externo.

Para la evaluación de la personalidad en un niño se deben buscar indicadores de alto riesgo para el desarrollo del trastorno en sí, como son antecedentes de situaciones traumáticas, tales como abuso sexual, físico, verbal, negligencias, junto con inconsistencias en las figuras paternas o maternas.

(Ref.: Kernberg, P.; Weiner, A.; Bardenstein, K. (2002) Trastornos de personalidad en niños y adolescentes. Manual Moderno: México)

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Alteraciones y Trastornos de la Personalidad: ¿En niños y Adolescentes?

Un trastorno de la personalidad se puede caracterizar como un estilo persistente de experiencias internas y de un comportamiento que se desvía de las expectativas de la cultura de la persona en forma notable, además es generalizado, es decir, afecta a diferentes áreas de su vida; y es también inflexible (con dificultad para cambiar).

Su inicio se remonta a la adolescencia o principios de la adultez, por lo que se vuelve estable en el tiempo, conduciendo a sentimientos de aflicción en la persona y a un deterioro de sus relaciones sociales. De este modo resulta complejo etiquetar a un niño con un trastorno que supone inflexibilidad y gravedad afectando negativamente al menor, su familia y su entorno.

Además siempre se ha planteado el problema del desarrollo de la personalidad en los niños; muchos autores explican que este componente no se ha cristalizado aún en niños, por lo tanto no podría hablarse de un trastorno a esta edad. Sin embargo, es también conocido que los niños van desarrollando un sentido de identidad, modulación de los afectos, pensamientos, relaciones con otros, factores que componen, entre otros, la personalidad de un individuo.

La sensación de vergüenza es por ejemplo en los niños, un indicador de autoconciencia, el cual emerge antes de los dos años de edad….

(Ref.: Kernberg, P.; Weiner, A.; Bardenstein, K. (2002) Trastornos de personalidad en niños y adolescentes. Manual Moderno: México)

miércoles, 22 de julio de 2009

Reflexiones acerca de la Intersubjetividad

El psicoanálisis no es posible entenderlo como una ciencia que investiga lo intrapsíquico en forma exclusiva, sino que lo podemos entender como una puesta en escena de un interjuego entre dos personas, el analista y el analizado, ambos con sus propios mundos subjetivos en una dinámica relacional particular, a este fenómeno le podemos llamar intersubjetividad.

Es así como entendemos también que el inconsciente es una estructura dinámica que en interacción recíproca con otros, necesariamente recibe la influencia de elementos conscientes e inconscientes de la persona que se tiene al frente, configurándose entonces, una relación única y singular que a la vez trasciende a los mismos participantes.

De este modo el psicoanálisis puede y debe pretender el desarrollo de una serie de condiciones que faciliten el despliegue de la estructura subjetiva del analizado, con todos los fenómenos que existen en ella, en complemento con la apertura mental del mundo subjetivo del analista. Si consideramos el punto de vista descrito anteriormente tendremos un escenario interpersonal que permitirá y limitará las experiencias subjetivas de ambas individualidades, en pos de un análisis adecuado que permite la elaboración de los conflictos que hacen consultar.

El analista y su propia estructura subjetiva aportan al analizado nuevas experiencias que permiten redefinir traumas, conflictos, relaciones problemáticas, etc. De este modo el analista no puede alienarse en su sillón y pretender la objetividad máxima, lo cual no sólo resulta complejo, sino inviable, por cuanto el rol que juega, las intervenciones, comentarios e interpretaciones de algún modo contienen esa estructura subjetiva y se manifiestan en la acción terapéutica, ello sin caer en una interferencia de las configuraciones psicológicas de la vida subjetiva del analizado.

En esta relación intersubjetiva se reeditan relaciones tempranas y conflictos actuales, de una forma singular y especial, que resultan útiles para el proceso terapéutico del analizado, permitiendo el desarrollo de nuevas expresiones de elementos subjetivos y experiencias reprimidas y no actualizadas en una díada que acepta y contiene la estructura patológica que se trae a sesión.

Esta díada contendrá elementos subjetivos del analista, elementos subjetivos del analizado, pero más importante aún elementos subjetivos que se construyen a partir de la relación entre ambos, como un tercer elemento a considerar dentro de un proceso terapéutico adecuado, este tercer elemento debe ser objeto de estudio y análisis dentro de las sesiones.
Esta relación intersubjetiva que es irrepetible y que se encuentra definida por los participantes del análisis, es nueva en cuanto es el encuentro de dos inconscientes, pero a la vez es tan especial que permite la actualización de fenómenos pasados, en especial los del analizado, permitiendo que afloren dichos conflictos para su interpretación.

Es muy importante dentro de este planteamiento la comprensión de este interjuego de subjetividades, puesto que el analista en forma consciente se expone a los fenómenos de la mente del analizado, construyendo un espacio nuevo donde se hacen presentes las proyecciones del paciente. El analista así utiliza los elementos que emergen en ayuda de la coherencia de las experiencias internas de aquel que tiene al frente, transformándola en forma creativa.

Dado lo anterior, cabe preguntarse entonces por la neutralidad que debería mantener un analista. Como respuesta posible podemos evocar a Freud (1912, 1913) quien plantea que en el inconsciente de cada persona hay instrumentos que permiten la interpretación del inconsciente del otro, en este sentido el inconsciente personal está de forma inevitable implicado en la aprehensión del inconsciente de otras personas, por ello necesitamos hacer uso de nuestro mundo subjetivo, poniéndolo al servicio del análisis y del analizado, permitiendo de este modo la emergencia de elementos transferenciales y contratransferenciales que resultan necesarios dentro de la acción terapéutica, facilitando además su interpretación y resolución.

Dicho en otras palabras la neutralidad, en un sentido moderno, y el uso de la intersubjetividad en un análisis no son puntos que se contradicen, sino elementos que debemos considerar tener presentes para enfrentar de un modo adecuado a nuestro analizado, permitiendo y fomentando en muchos casos su emergencia.

Un colega me planteaba el siguiente caso, una madre de un niño de cinco años le planteó estar muy preocupada pues su hijo decía estar viendo a personas, ella tras conversarlo con su hijo y por las características de las personas que dice ver concluye que son personas que han fallecido en la familia tiempo atrás. El psicólogo luego de varias entrevistas y del análisis del material del psicodiagnóstico concluye que el niño no presenta patología alguna, cognitiva, afectiva o del desarrollo de su estructura mental, del mismo modo descarta otras patologías relacionadas al ambiente familiar.

Entonces el psicólogo se pregunta desde su mundo subjetivo si esa “realidad” interna del niño existe. Es así como podría concluir que no existe y que el niño presenta algún tipo de alteración perceptual. Sin embargo, si seguimos la línea de reflexión expuesta en este ensayo podemos decir que el niño presenta al analista una experiencia subjetiva, particular, especial y única. Tal experiencia debe ser respetada, contenida y analizada tal como se presenta, de ese modo ambos, el analista y el niño, desarrollan un espacio intersubjetivo donde es posible la exploración del aparato mental del paciente en una relación diádica nueva y particular, permitiendo el análisis y la futura resolución de los conflictos que surgen.

lunes, 6 de julio de 2009

Pauta general para padres

Es muy importante para los hijos, que sus padres se comprometan en sus esfuerzos por adecuarse y portarse bien, para sentirse apoyados en sus dificultades.

Estas son algunas recomendaciones generales, que aportan una guía flexible para enfrentar el comportamiento que consideramos negativo en nuestros hijos, sin embargo, debemos considerar la unicidad de los menores y observar siempre si existe algún otro problema que pueda estar afectando su conducta.


& No le llame la atención por su comportamiento impulsivo, irreflexivo o por causar desorden mientras juega, sólo preocúpese si corre verdadero peligro él u otros niños. Cuando haya terminado de jugar enséñele a ordenar él mismo, ayúdelo y refuércelo en esta conducta.

& Si por alguna razón debe retarlo, hágalo en forma calmada, firme y con cariño, sin perder la paciencia, haciéndole saber que ud. tiene el control de la situación, debe explicarle porqué está molesto y porqué lo reta, no decirle frases que lo confundan (por ejemplo: ¿a caso no piensas hacer tu cama?, ¿no crees que ya es tiempo de ir a ducharte?). No es útil pegarle, es preferible un castigo que de antemano han acordado juntos.

& Permita el ejercicio y actividades al aire libre, juegue con él y disfrute a su hijo.

& Enséñele actividades propias del hogar y que él pueda realizar de acuerdo a su edad, cuando lo haga elogie su conducta (por ejemplo, ordenar, hacer la cama, ducharse solo, dormir a la hora propuesta, etc), también refuerce sus conductas apropiadas, como cooperar, terminar su almuerzo solo, jugar sin pelear, etc.


& Los premios pueden ser felicitaciones, prestarle atención inmediata, demostrarle cariño, acceder a sus peticiones si son pertinentes, compensarlo con algo material pequeño, como dulces, stickers, etc.

& Converse frecuentemente con su hijo, escúchelo y háblele, explique sus sentimientos cuando hace algo poco adecuado, propóngale otras conductas alternativas.

miércoles, 10 de junio de 2009

Estrategias Conductuales para Niños Pequeños, Irse a Dormir

Se debe tener en cuenta que las estrategias son útiles si son aplicadas constantemente, a pesar de retrocesos, alcanzando una mejor relación con el menor y su entorno si se siguen las recomendaciones:

1. Se debe contar con un espacio sólo destinado al descanso del menor, libre de estímulos como por ejemplo televisión.

2. Los niños pequeños reaccionan mejor si se tiene una rutina establecida, debe ir a dormir todos los días a la misma hora, de lunes a domingo, si no es posible lo fines de semana se le debe explicar que por ese día su hora de dormir será cambiada y se volverá al horario habitual al día siguiente. La hora escogida debe ser adecuada a las actividades del menor y de la familia, una hora recomendada es entre las 8 y 9 de la noche.

3. Realizar un ritual de preparación, se pondrán a disposición un peluche o juguete con que el quiera descansar, o llevar un vaso de leche o jugo de frutas, no es recomendable las bebidas de fantasía o los alimentos pesados, ya que alteran y no permiten el descanso. Además se contará con una luz tenue, que induzca el sueño.

4. Es importante que no existan ruidos fuertes en el hogar, que estimulen al niño y haga que no desee ir a la cama. Del mismo modo todas las actividades familiares deben comenzar a declinar, preparando el ambiente.

5. Antes de ser acostado el niño debe ir al baño, si así lo desea, para evitar que se despierte por la noche.

6. Se recomienda que una sola persona sea siempre la encargada de hacerlo dormir, y con ella se realizará una rutina, como por ejemplo, luego de colocar su pijama se puede leer un cuento corto o contar una historia, es un buen momento para recordar lo hecho durante el día.
7. Luego de un tiempo (alrededor de 30 minutos) se le indica al niño que es hora de dormir, para lo cual se le dan las buenas noches, se le da una caricia leve o un beso de despedida, también rezar juntos, si la familia es creyente. Luego se le arropa y se deja solo, ojala con la puerta junta o a medio cerrar.

8. Se espera junto a él por unos 10 a 15 minutos, hasta que duerma, si en ese periodo se despierta, se vuelve a arropar y dar las buenas noches, no es recomendable decir que se está cansado, que desean dormir, u otras indicaciones que señalen desesperación por la conducta del menor.

9. Cuando se ha dormido se debe salir de la habitación, si el menor se despierta y llora o llama a los padres, se repite el proceso de arropar y esperar, sin desesperar o pedir al menor “por favor duérmete”, ello hace que el niño tenga el control de la situación.


Es relevante tener en cuenta que los niños responden a la seguridad y estabilidad de aquellos que los cuidan, por ello nunca desespere, no le grite, no lo golpee, no golpee objetos o puertas, no discuta con él, explique con buenas palabras lo que ud. espera de él de acuerdo a su edad y entendimiento. Recuerde que por muy pequeño que sea el niño, siempre entiende cuando se le habla con paciencia, amor y comprensión, ello mejora la relación con él y calma a los menores inquietos.

viernes, 22 de mayo de 2009

RELAJACIÓN PARA NIÑOS


Es posible realizar diferentes ejercicios para que niños de diferentes edades practiquen la relajación cuando lo necesiten, si se animan, los adultos también pueden hacerlo:

Uno de los problemas con los que debemos lidiar es la timidez de los niños, ya que frecuentemente les da risa y encuentran vergonzoso el procedimiento, lo mejor que podemos hacer es decirle que a pesar de lo “chistoso” que pueda verse, es parte del procedimiento y que debemos continuar.

Luego le explicamos que cuando se sienta alterado, nervioso o tenso, los músculos del cuerpo se colocan tensos y rígidos, le decimos que sin conoce esos músculos puede aprender a relajarlos y ello le ayudará a manejar de mejor forma algunos de sus sentimientos que se consideran como “negativos”.

La primera instrucción es poner los músculos tensos, los brazos, las piernas, la cara, los puños de las manos, etc, y luego soltarlos, a fin de relajar el cuerpo. Así el niño conoce la diferencia entre rígido y relajado. Es importante señalar con ejemplos de la vida cotidiana, cuáles son las situaciones en que los niños suelen ponerse tensos o nerviosos, como al inicio de una prueba en su colegio, cuando deben conocer a gente nueva, cuando van al doctor o al dentista, cuando está enojado y desea golpear a alguien, etc.

Finalmente es muy importante que se le aliente a practicar esta forma de relajación varias veces al día, en diferentes situaciones, no solamente cuando se enfrenta al “problema”, así adquiere la destreza necesaria para hacerlo cuando surja la tensión.

sábado, 16 de mayo de 2009

“DONNIE OBTIENE SU PRIMER ROJO”

La maestra felicitaba a sus alumnos, uno por uno los llamaba para entregar sus notas, Ciencias era una asignatura nada de fácil, así lo sabía Donnie, quien muy nervioso esperaba ser llamado; “siempre he tenido buenas notas” se decía a sí mismo, “mi papá me ayudó a estudiar, no me puede haber ido mal”, se repetía. Cuando por fin le profesora dice su nombre, el corazón le latía tan fuerte que pensaba que todos lo iban a escuchar, “seguro es un siete”, se dijo, sin embargo cuando su maestra hace entrega de su prueba, Donnie no podía creer lo que veía, “me gustaría conversar con tus padres, Donnie, estoy preocupada por que has bajado tus notas”, el niño con la boca abierta sólo miraba su nota, un 2,6, su primer rojo. “Ve a buscar tu libreta”, le dice la profesora. “Esto no es un castigo, es para ayudarte”, añade. Donnie no sabe qué decir y sólo va a su mochila a buscar su libreta de comunicaciones.

Como de costumbre la mamá recoge a los niños a la salida de clases, Donnie es uno de los últimos en salir, casi arrastra su mochila por el suelo y su mirada sólo se dirige a sus zapatos. Luna y su madre se miran sorprendidas, Donnie siempre corre para subir al auto y ocupar el asiento delantero. Cuando por fin sube, la madre le pregunta qué sucedió en el colegio, pero Donnie sólo responde con un “nada”, ella no insiste, esperará llegar a la casa. Luna conversa alegremente acerca de su día de clases, “me he sacado un siete en arte” y muestra su dibujo, la madre orgullosa la felicita. Donnie comienza a sentirse cada vez peor, “no sólo he obtenido la nota más baja del curso, también he defraudado a mi mamá”, “qué va a decir mi papá…” pensaba cabizbajo. Ya en la casa, y una vez que han almorzado la madre decide retrasar su trabajo por unos minutos más, siente que algo ha sucedido con su hijo. Se sienta junto a él y le dice que no importa lo que haya ocurrido, ella y su papá siempre lo van a apoyar y ayudar a solucionar sus problemas, Donnie muestra su comunicación, la madre se sorprende ya que no sabía que Donnie había bajado sus notas, “hoy me saqué un rojo”, le dice con temor. Ella le cuenta que lo importante es aprender de las equivocaciones y que juntos van a revisar la prueba para saber qué estuvo mal. Donnie le dice, “soy un tonto, no sé estudiar”, la mamá muy seria y firme le responde que eso no es cierto, nadie le cree y menos él debería pensar de esa manera, luego con voz más tierna y en tono comprensivo, añade que juntos van a elaborar un plan de estudio con las materias más difíciles, “el papá nos va a ayudar a hacer un horario y te puede enseñar cómo estudiar de una manera distinta”, Donnie se alegra, ya que si su método no funcionaba, había que probar otro, la mamá se despide luego de encargarle una tarea, buscar una hoja de block grande, lápices de colores, regla, en fin, todo lo necesario para que por la tarde cuando estuviesen todos planearan un nuevo horario.

Desde el inicio de la etapa escolar, los niños necesitan aprender el hábito de estudio, es recomendable establecer horarios de estudio o tareas y de descanso o juegos. Cuando el menor es pequeño prima el tiempo de ocio, ello le permite fomentar su imaginación, descubrir y crear cosas por medio de la principal actividades: el juego. A medida que va creciendo debe ir aumentando el tiempo de estudio. Es importante además enseñarles estrategias que favorezcan el aprendizaje, como la elaboración de tarjetas, dibujos y posteriormente resúmenes o mapas conceptuales, que el propio menor debe fabricar. Sin embargo debemos estar atentos a sus logros y al cumplimiento de lo propuesto, por ello es indispensable la presencia de los padres, quienes a pesar de la jornada de trabajo diario, deben dedicar tiempo al estudio en conjunto, los pequeños aprecian la preocupación y el apoyo, además es una buena opción para liberarlos del estrés al que están sometidos por rendir exitosamente. No olvidar nunca que un desarrollo armónico también requiere de la diversión, padres e hijos deben dedicar tiempo semanal, sólo para jugar.

domingo, 26 de abril de 2009

¿Por qué acudir al psicólogo?

Es frecuente que nos preguntemos si debemos o no asistir a terapia psicológica. A lo largo de muestra vida nos encontramos con muchas dificultades para desarrollarnos en plenitud, a veces nuestro trabajo no es satisfactorio, en ocasiones no sabemos cómo ayudar a nuestros hijos en sus problemas, frecuentemente nos encontramos con parejas que no nos entienden como desearíamos, otras veces simplemente sabemos que "algo está mal", pero no conocemos qué, mucho menos la causa de esta "incomodidad".

Cuando no tenemos claridad acerca de qué nos sucede, cómo solucionarlo, cuál es el mejor camino a tomar, es hora de consultar a un especialista, él brindará un espacio físico y psicológico estable que permita la emergencia de las posibles soluciones, calmando nuestras ansiedades, miedos, culpas...

Otras veces necesitamos sanar viejas heridas, para ello el psicólogo brinda un espacio de contención donde se pueden expresar antiguas conflictivas, permitiendo un mejor presente y futuro.

De cualquier forma consultar a un psicólogo clínico es siempre una forma de escucharnos a nosotros mismos, de dar voz a aquel ser interno que ha estado silenciado por largo tiempo, es escuchar el llamado de nuestro hijo o hija que no ha sido acogido antes, es entregar tiempo al desarrollo personal en pos de mejores relaciones con la familia, con los amigos, con el trabajo, pero por sobre todo con nosotros mismos.

sábado, 21 de marzo de 2009

“DONNIE Y LUNA… ¿QUIÉN TIENE LA ATENCIÓN DE LOS PAPÁS?”

Estaba la familia almorzando, la mamá había preparado la comida favorita de los niños, papas fritas con pollo al horno; Donnie comía rápidamente, siempre era el primero en terminar su almuerzo, Luna en cambio, masticaba cada bocado con lentitud, cosa que daba mucha risa a su hermano. Conversaban animadamente acerca del colegio de los niños cuando Luna le pide a su madre que corte su pollo, ya que le “daba lata”, dijo. La madre rápidamente la ayuda, mientras el padre llama la atención de su hijo por tomar la comida con las manos. Donnie se molesta con ellos y les dice que “siempre” lo retan por “cualquier cosa” y a “ella siempre la ayudan y protegen en todo”, hizo intento de dejar la mesa, pero su madre le dice que no puede levantarse hasta que todos terminen su almuerzo. Donnie, enojado, deja de comer y bruscamente tira su servicio sobre el plato. Luna lo mira y le dice que a ella la ayudan porque “me porto bien”, pero el niño alega que él hace “mucho esfuerzo” por controlar su conducta inquieta y nadie le ayuda a cortar su pollo, el padre entonces interviene diciéndole que él “ya es grande” y ya sabe comer solo, el niño a punto de llorar dice “ella también es grande y a mí no me pescan desde que ella nació”, su mamá le dice que no es cierto y que se disculpe con su hermana, que había comenzado a llorar, diciendo “yo quiero a mi hermano y él desea que yo no hubiese nacido”. Donnie controlando sus lágrimas sube corriendo a su cuarto y se encierra a llorar.

Los padres calman a su hija y la dejan almorzando para ir a conversar con el pequeño. El padre se acerca a la cama, se sienta y con una mano acaricia el cabello del niño, le dice que se dan cuenta que en ocasiones dedican más tiempo y atención a Luna, ya que ella es pequeña y debe aprender cosas, que él ya aprendió. La madre agrega que es natural que se sienta dejado de lado, pero ellos están siempre preocupados por él y van a estar atentos si necesita ayuda. Donnie más calmado se sienta sobre su cama y les dice que le gustaría compartir más tiempo con ellos a solas, para poder jugar o conversar de sus “cosas”, que “también son importantes”, agrega.

Entonces, Luna, entra a la habitación y le dice a su hermano que “a veces”, ella “a propósito” y para molestarlo, requiere de la atención de sus padres; Donnie está a punto de darle un golpe cuando la niña agrega que “no se siente bien haciendo esto” y que le gustaría que todos estuviesen contentos y no pelearan más por “el cariño de los papás”, ya que “nos quieren a los dos”. La madre les cuenta su plan: de ahora en adelante, cada niño podrá salir o jugar o simplemente estar con uno de los padres a solas y así compartir sus inquietudes, y luego cambiar de padre”, así “todos compartimos” agrega el papá. Luna les dice que puede ser el sábado y el domingo que es cuando “los papás no trabajan” y “tienen más tiempo”, Donnie ríe alegremente y le da un beso a su mamá.

Niños de distintas edades, necesitan de distintos cuidados, siempre han de requerir atención, pero a medida que crecen se vuelven más independientes de sus padres. Papá y mamá deben estar atentos a diferenciar las necesidades de cada hijo, dejándoles espacio para su propia intimidad, se les debe hacer saber que están disponibles para escucharlos y atenderlos, y por supuesto cumplir con ello. La comunicación abierta y los momentos para compartir con los hijos entregan confianza para que ellos, en el futuro y ya de adolescentes, se atrevan a hablar con los padres, compartiendo sus inquietudes. Con un dialogo abierto podemos evitar conflictos mayores en los hijos adolescentes.

martes, 10 de febrero de 2009

“LUNA VA AL COLEGIO”

Luna se despertó temprano, era día sábado y sabía que ese día sus padres le comprarían su ropa escolar. Había esperado todas las vacaciones y por fin llegó el momento; la próxima semana sería su primer día de colegio. Donnie escuchó que su hermana cantaba alegremente y aún dormido, le dijo que no era nada importante ir al colegio, “sólo tienes que estudiar y obedecer”, pero a Luna le encantaba la idea de tener cuadernos y libros nuevos, llenos de dibujos y palabras que pronto aprendería. Los padres de despiertan sobresaltados cuando Luna se deja caer en la cama, “rápido, tomemos desayuno para ir a comprar mi ropa”, ambos padres sonríen al ver a su hija contenta. Ese día fue agotador, Luna y su familia caminaron mucho para encontrar el uniforme adecuado y los zapatos… uf… Luna quería zapatos especiales. Luego de almorzar, la familia se dirigió a la librería, debían comprar la interminable lista de útiles escolares. Ya en el hogar, los niños se dedicaron a ordenar sus cosas, estaban listos para ir al colegio.

Esa noche Luna soñó que entraba a su colegio, iba contenta, sus padres la dejaban en la fila de su curso. En su sueño miraba a sus compañeros con curiosidad. Ya en la sala de clases se dio cuenta que nadie quería sentarse a su lado, como no conoce a su profesora no se atreve a pedir ayuda, por lo que termina sentada sola junto a una ventana, en el último rincón de la sala. De pronto se da cuenta que no llevó su mochila, todos sus cuadernos y libros quedaron sobre su cama. Los compañeros de Luna se dieron cuenta y comenzaron a reír, señalándola. Luna despierta agitada y sollozando, ya no quiere ir al colegio. Los padres acuden en su ayuda, le explican que ha tenido un feo sueño, pero ella les dice que “realmente sucederá”. Los padres conversan entre ellos, y deciden que lo mejor es acompañarla unos días antes a conocer su colegio, incluso conocer a su profesora. La nueva “tía”, le explica que por ser el primer día de clases los alumnos se sentarán por orden alfabético, además le explica que como la mayoría de los niños son nuevos, comparten la misma inquietud. “Ante cualquier problema, puedes levantar tu mano y yo iré en tu ayuda”, le dijo a Luna. La pequeña sonríe más tranquila al observar su futura sala de clases, tiene bonitos colores y es muy luminosa. “Sólo espero no olvidar mis cuadernos” se dijo Luna. Para solucionar esta inquietud, la mamá ayudará a su hija a ordenar los útiles necesarios para su primer día, y ambas dejarán la mochila junto a la puerta de calle, así al salir esa mañana no olvidarán llevarla consigo.

Ha pasado una semana y Luna ha experimentado muchas cosas nuevas, aún se preocupa por las mañanas, pero sus padres siempre logran tranquilizarla al contarle sus propias historias del primer día de clases.

Uno de los cambios importantes que deben enfrentar los niños es el paso del play group al colegio, con reglas y normas más estrictas que a las cuales deben adaptarse, se suma a ello el conocer a nuevos compañeros y profesores. Conversar y acoger los sentimientos que naturalmente surgen ayudan a tranquilizar a los pequeños escolares. Es útil recorrer el nuevo colegio, para que el niño se familiarice con las aulas, los patios de juego y los baños. Asimismo si hay un hermano mayor, se le puede pedir que relate cómo es el colegio y los profesores, así como su propia experiencia, quién mejor que aquel que está inmerso en el mundo escolar.

martes, 6 de enero de 2009

“DONNIE DE VACACIONES”

“Donnie de vacaciones”

Donnie es un chico de 8 años, tiene pelo negro y rizado. Su madre dice que es muy inquieto, pero también dice que es tierno y cariñoso. Mañana viaja por sus vacaciones junto a sus padres y hermana menor, Luna, de 6 años. Donnie se encuentra muy emocionado, pero a la vez muy asustado, ya que no le gusta viajar por las carreteras; ha visto muchas noticias de accidentes por las rutas de Chile. El padre quiere tranquilizarlo para que el viaje sea apacible, no desea que Donnie se angustie y asuste a su hermana. Papá tiene una buena idea, decide llevarlo con él al taller mecánico para que revisen el auto familiar, una vez allá, le pide al jefe del local que les permita observar la revisión y de paso recibir una explicación de lo que se hará. Así el mecánico les enseña que para viajar seguro es necesario chequear los frenos, el nivel de aceite y agua del radiador, “es importante también revisar el estado de los neumáticos” le dice a Donnie; la visita tarda toda la mañana, y el niño se muestra maravillado por todos los detalles del motor, el funcionamiento de las cosas es algo que siempre ha llamado su atención. Luego de la “clase de seguridad” como le dijo su padre, ambos se dirigen a una bencinera, allí pueden llenar el estanque de gasolina para el viaje, Donnie le pregunta a su papá qué deben hacer si en medio de la ruta se acaba el combustible y antes de que pueda responder, el chico le dice que llenen un tambor y lo guarden en el maletero del auto, cuando el padre puede hablar le explica que ello es riesgoso, ya que transportar combustible no es seguro, es inflamable, resultando peligroso para él y su familia, y antes de que Donnie se angustie de nuevo, le cuenta que en las carreteras hay muchas estaciones de servicio, donde pueden “cargar el auto y estirar las piernas”, para ello le señala el indicador de bencina explicando los niveles de llenado y vacío.

Cuando padre e hijo vuelven a casa, el niño trata de explicar agitadamente a su hermana que todo está listo, sólo una cosa es necesario no olvidar, todos, incluso ellos que viajan en los asientos posteriores, deben utilizar cinturón de seguridad. Al caer la tarde Donnie y Luna preparan sus maletas con todo lo necesario, traje de baño, una chaqueta para el frío de la noche, bloqueador solar… en fin, todo lo que la imaginación de dos niños felices les puede permitir. Al día siguiente se levantan muy temprano y desayunan velozmente, se encuentran ansiosos por ver el mar. Para que los niños no se aburran y evitar que se levanten de sus asientos, la madre lleva consigo varios cuentos infantiles, con dibujos para colorear, “sólo pueden llevar lápices cera”, les dice ya que con ellos no hay riesgo de accidentes inoportunos que lastimen a sus hijos. Además lleva un stock de la música preferida para cantar. Al momento de subir al vehículo familiar Donnie se encuentra tranquilo, su padre le ha entregado confianza y seguridad, y sabe que su madre ha preparado sorpresas para hacer el viaje entretenido. Ambos niños perciben el cariño, la comprensión y el cuidado de sus padres.

Nuestros hijos son permeables a los acontecimientos noticiosos, siendo impactados por los hechos más trágicos. Siempre debemos escuchar y atender a sus miedos y aprehensiones, procurando explicar según su comprensión las precauciones a tener. El “no saber”, “no entender” confunden a un niños, quien reacciona con angustia o ansiedad. Protección seguridad, amor, hacen estable la vida de un niño lo que fomenta un desarrollo psicológico armónico, un menor que crece sin el cuidado afectivo necesario será un adulto que se paraliza en las relaciones con otro y el eje central de su vida será el temor.

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Hola, mi nombre es María Paz Muraro, soy psicóloga clínica dedicada al área infanto juvenil, hace 8 años trabajo con niños, adolescentes y sus padres. Desde siempre he tenido la inquietud de poder orientar a los padres y madres acerca de temas cotidianos a través de una forma lúdica y entretenida. Hace un tiempo comencé a escribir con esta idea, tratando de aportar desde la psicología en el día a día de miles de niños.
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