jueves, 13 de julio de 2017

Trastornos Conductuales en la niñez y adolescencia e intervenciones psicoterapéuticas N°4

Discusión
Uno de los trastornos de inicio en la infancia o adolescencia de difícil manejo es el Trastorno Conductual. Con diferentes clasificaciones y especificaciones, aquel que se orienta hacia las conductas agresivas y violentas hacia otros y aquellas que pudiesen desencadenar una conducta delictiva a futuro, son los que necesitan de una intervención efectiva y preventiva antes de la cronicidad del comportamiento.
Para esta intervención se han descrito diferentes estrategias de tratamiento, desde la mirada individual hacia la mirada sistémica, pasando por la intervención con fármacos en aquellos casos donde se estima su uso.

Las últimas investigaciones apoyan la tesis de que la intervención más efectiva es aquella que mantiene una alta frecuencia de visitas a la semana, con disponibilidad del profesional permanente, así como el énfasis en los diferentes focos que mantienen la alteración, abordando el área familiar, escolar, comunitario entre otras.

miércoles, 12 de julio de 2017

Trastornos Conductuales en la niñez y adolescencia e intervenciones psicoterapéuticas N°3

Hasta hace un tiempo las intervenciones terapéuticas de niños y adolescentes con este tipo de patología se podían dividir entre las farmacológicas y las psicosociales, o bien una combinación a ambas, siempre desde un punto de vista individual.
Entre los medicamentos más usados para este tipo de trastorno se encuentra el Litio (De la Peña, F. 2003), aunque existirían opiniones diversas sobre su efectividad. Del mismo modo algunos antidepresivos, por ejemplo la Fluoxetina, tendrían efecto sobre la conducta agresiva (Almeida, LG; De la Peña, F. 1999 en De la Peña, F. 2003).
Por otro lado, las intervenciones psicosociales se centran en terapias individuales, principalmente las cognitivo conductuales, donde se abordan los estilos de percepción, las atribuciones cognitivas y la resolución de problemas (De la Peña, F. 2003), muchas de ellas buscan que el niño o adolescente logra control sobre su comportamiento agresivo mediante un mayor uso del análisis y reflexión además de fomentar la empatía.
Otras intervenciones apuntan a la psicoeducación del niño, adolescente y su familia, donde pueden aprender a colocar límites, responsabilidad, manejo de estrés y resolución de conflictos.
De acuerdo a De la Peña (2003) estas intervenciones obtienen mejor resultado cuando el ambiente familiar es altamente estructurado, con  menos niveles de patologías en los padres, por ello existe un bajo nivel de mantención de los cambios en el largo plazo, aunque resultarían efectivos en el corto periodo de tiempo.
Como respuesta a estas dificultades se diseñó una herramienta terapéutica multimodal con presencia 24 horas al día, los 7 días de la semana, donde se aborda el trastorno desde la mirada farmacológica, psicoeducativa y psicosocial. Esta terapia se denomiina Terapia Multisistémica MST por sus siglas en inglés y aborda integralmente a los niños y adolescentes con Trastornos conductuales que estén asociados a riesgo sociodelictual (por variables familiares, sociales, escolares, personales, etc), abordando a niños desde los 10 años en adelante.
Esta terapia se realiza en los diferentes espacios de socialización del niño o adolescente, concentrándose en las condiciones de riesgo delictual (www.seguridadpublica.gov.cl/programa24horas/).
Dentro de los principios de la MST se encuentran la comprensión integral de cómo interactúan los problemas identificados y el contexto sistémico, involucrando un esfuerzo conjunto de la familia, promoviendo el cambio a largo plazo (De la Peña, F. 2003).

La estrategia que rige este programa sigue el establecimiento de 9 principios que busquen identificar concretamente las dificultades conductuales, las fortalezas del sistema y sus debilidades, el establecimiento de reglas prácticas a nivel familiar e individual, generalización de los logros de la familia, entre otros, con una disponibilidad permanente del terapeuta y del equipo que tiene detrás, con sesiones de al menos 2 veces a la semana. Por lo tanto una intervención de este tipo requiere del compromiso permanente de todos los agentes involucrados con una mirada sobre los diferentes focos que mantienen y perpetúan un trastorno como el descrito al que se suman características antisociales (De la Peña, F. 2003). De este modo se busca reducir al máximo la probabilidad de que un niño o adolescente llegue a la edad adulta y desarrolle una carrera delictual.

martes, 11 de julio de 2017

Trastornos Conductuales en la niñez y adolescencia e intervenciones psicoterapéuticas N°2


Etiología de los Trastornos Conductuales
Existen varias investigaciones que han buscado las causas u origen de los Trastornos conductuales. Muchos han señalado que en la carrera criminal ya en la edad adulta, existe una psicopatía a la base y que ésta puede identificarse desde la niñez (Romero, E. 2001). En efecto esta clasificación puede ser demasiado extrema y reduccionista, dejando fuera variables sociales, familiares y del desarrollo particular de la personalidad en un niño y adolescente. Esta misma autora señala que existe evidencia de cierta continuidad entre los problemas de conducta en la infancia y la conducta antisocial ya en la vida adulta (Robins, 1966 en Romero, E. 2001) a estos resultados se debe hacer el reparo de que no existe una relación causal (directa y exponencial) entre ambos, ya que no todos los niños con Trastorno de conducta desarrollarán un Trastorno antisocial.

De acuerdo a investigaciones más recientes (De la Peña, F. 2003) se necesita de otras condiciones que en interacción podrían dar lugar al desarrollo de Etiología de los Trastornos Conductuales, una patología mayor, tales como el temperamento infantil con patrones oposicionistas, psicopatología parental, disfunción familiar, factores comunitarios y escolares, negligencias y abusos y hasta factores genéticos.

lunes, 10 de julio de 2017

Trastornos Conductuales en la niñez y adolescencia e intervenciones psicoterapéuticas N°1

El Manual de los Criterios Diagnósticos DSM V de la American Psychiatric Association (2014) clasifica los trastorno conductuales bajo la categoría de Trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta, incluyendo en este apartado el Trastorno negativista desafiante, el Trastorno explosivo intermitente, el Trastorno de conducta propiamente tal, el Trastorno de la personalidad antisocial (cuya descripción se encuentra mejor en los Trastornos de personalidad), Piromanía, Cleptomanía y otros especificados y no especificados. (APA, 2014).
En esta clasificación el Trastorno de conducta implica amenaza e intimidación a otros, inicio de peleas, uso de armas que podrían provocar daño a terceros, ejercicio de la violencia sobre personas o animales, la comisión de robos y destrucción de propiedad, incumplimiento de normas sociales y familiares entre otras, todas estas características pueden tener un inicio infantil (antes de los 10 años), un inicio adolescente (después de los 10 años) o bien no especificado. Asimismo pueden existir las emociones pro sociales limitadas, falta de remordimiento o culpabilidad, despreocupación por su rendimiento, afecto superficial o deficiente y carencia de empatía (APA, 2014).

Este tipo de trastorno también tiene comorbilidad con el abuso de alcohol o drogas (De la Peña, F., 2003), lo cual se sabe que aumenta la desinhibición de conductas, en especial cuando la persona se encuentra con otros que se comportan de forma similar.