La
obesidad es un problema multifactorial y heterogéneo, la mayoría de los autores
centrados en sus estudios parece estar de acuerdo respecto de que se trata de
una acumulación excesiva de grasa corporal innecesaria. Sin embargo, el exceso
de grasa es difícil de medir, de ahí que se considera a un sujeto obeso como
tal cuando ha excedido su peso ideal para edad, sexo, complexión física y
estatura. Así es unánime el considerar como regla que es obeso aquel sujeto que
excede el 20% del que sería el adecuado peso, tanto en poblaciones infantiles
como adultas.
Algunos
autores diferencian el sobrepeso de la obesidad, si bien desde la psicología se
aplican tratamientos similares, el sobrepeso debería aplicarse cuando el peso
del cuerpo es superior al 10 o 15% con respecto al ideal. Para la medición del
grado o nivel de obesidad a partir del peso existen medidas estandarizadas para
poblaciones adultas, sin embargo no son igualmente aplicables a la población
infantil, dado el proceso de crecimiento continuo que les caracteriza.
Por
ello, se plantea que para el caso de niños, debiera usarse en forma conjunto
medidas de peso relativo (considerando altura y sexo) y de acumulación de grasa
(medida en el grosos del pliegue subcutáneo de los tríceps).
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