Para iniciar
el tratamiento de una persona que consume drogas ilícitas es necesario saber
cuál es el problema de esa persona, es decir, cuáles son las características
del consumo y los principales factores que pueden estar implicados en dar
complicación a la situación y cuáles contribuyen a su recuperación.
Hay enormes
diferencias entre quien consume en forma esporádica, recreacional y mantiene
actividades normales, incluida una sólida red familiar y social, en comparación
con quien ha desarrollado un hábito de consumo diario, con características de
dependencia, con evidente daño en su situación personal, familiar y social.
Ante todo, lo
que se debe hacer es la prevención, para ello es posible desarrollar una estrategia
en conjunto con otros profesores, como parte de la política escolar, respecto
del uso de drogas y estupefacientes.
Para las
estrategias de prevención se debe tener en cuenta que ésta debe ser temprana,
es decir, comenzar a establecer diálogos con los alumnos, desde pequeños, ojalá
antes de los 10 años, promoviendo una visión general del tema. Para ello ud.
como profesor debe conocer en profundidad la patología de la adicción y las
características del consumidor, evitando llegar a la adolescencia sin haber
intervenido en el tema.
Si se detecta
que un alumno ha comenzado a consumir drogas o alcohol, se debe realizar una
intervención junto con el establecimiento educacional, incluyendo a los padres
del menor, solicitando la evaluación por parte de un profesional especializado
en el tema, el cual se encargará del tratamiento específico de la patología.
En resumen,
es mejor prevenir que curar, por lo que tenga siempre presente el tema de las
adicciones, tanto con sus alumnos como con los apoderados, de modo de facilitar
el diálogo y la apertura al tema, siendo éste de atención constante por parte
de las autoridades del colegio.
Con respecto
a la agresividad, debemos tener en cuenta las señales de alerta de compañeros
del menor afectado. Sus conductas son el mejor indicador de que algo está
sucediendo con el alumno, ante lo cual se deberá intervenir con estrategias de
cooperación, colaboración y trabajo en equipo entre los mismos compañeros, fomentando las redes sociales.
Del mismo modo es necesario promover la aparición de líderes positivos, que
estimulen con el ejemplo al menor agresivo.
Del mismo
modo, se establecen procedimientos similares para las dos patologías, a saber,
Trastorno Oposicionista Desafiante y Trastorno Disocial.
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