martes, 4 de febrero de 2014

Trastornos fóbicos en la infancia, fobias específicas, escolares, sociales


Según lo ya revisado, podemos decir que los miedos son considerados como reacciones normales del niño, sin embargo, las fobias son conceptuadas como alteraciones o trastornos psicológicos. Así, la característica de la fobia es un miedo intenso, persistente y desadaptativo a objetos o situaciones claramente discernibles y circunscritos.

 La fobia es descrita como un tipo de miedo:

 
-          Desproporcionado respecto del peligro de la situación

-          Se acepta como irracional, esto es, es resistente a las explicaciones o razonamientos

-          Es involuntario, no está sujeto al control de la persona

-          Conlleva el evitar la situación u objeto temido

-          La reacción de temor persiste durante largos periodos de tiempo

-          Es una reacción desadaptativa

-          No corresponde a una fase del desarrollo

-          No corresponde a la edad o estadio evolutivo

 De acuerdo a estos criterios se considera que la fobia no es una reacción de miedo evolutivamente normal, por ejemplo las respuestas de miedo intenso ante la separación de la madre se manifiestan entre uno y dos años de edad aproximadamente, este comportamiento es transitorio, ocurre en la gran mayoría de los niños y puede ser considerado como parte de desarrollo.

 Las características específicas de los miedos clínicamente significativos o fobias son se duración, de al menos dos años, o una intensidad tal que interfiera en la vida normal del niño y su familia. Los miedos infantiles, incluso los muy intensos, parecen remitir por si solos sin necesidad de realizar un tratamiento psicológico en el transcurso de dos años.

 Como habíamos visto, uno de los criterios característicos para diagnosticar la fobia es que el miedo y la evitación deben interferir con la vida normal del niño, así se hablará de miedos cuando no se de tal criterio.

La evitación del estímulo temido puede producirse tanto cuando los miedos son normales como cuando son exagerados o irracionales, pero no interfieren con la vida normal, así se le puede considerar funcional o adaptativo. Si la evitación es adaptativa, el comportamiento del niño no podrá ser considerado como fóbico.

 

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