Este
síndrome se caracteriza por un rechazo a la asistencia escolar e implica un
temor irracional por alguna situación escolar particular. Se desarrollan
ciertos síntomas que incluyen dolor abdominal, nauseas, vómitos, diarrea, dolor
de cabeza, palidez y debilidad general. Aparecen en los niños durante las
mañanas antes de ir a la escuela, por lo general desaparecen al terminar ésta y
no aparecen los fines de semana o días feriados.
Algunos
niños sufren de crisis de angustia al ser separados de sus padres, el cuadro
clásico se da habitualmente en niños ansiosos, tímidos y dependientes en
exceso, con madres autoritarias o muy complacientes y padres ausentes o
pasivos.
Estas
madres frecuentemente tienen temor a que su hijo se aleje de ellas y le
trasmiten su ansiedad. A medida que el niño se angustie más por ir a la
escuela, más se angustia la madre y así se genera un círculo vicioso, conde la
ansiedad de la madre afecta al hijo y viceversa, empeorando los síntomas del
trastorno.
En
ocasiones, puede existir un evento precipitante como experiencias desagradables
en la escuela, enfermedades, un nuevo hermano en casa o discusiones conyugales
graves.
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