Aunque las
causas son difíciles de precisar de manera directa, sí se puede encontrar una
influencia para el desarrollo de este trastorno en el ámbito familiar,
basándose en la opinión de algunos padres que dicen que su niño con Trastorno
Desafiante y Oposicionista era más rígido y demandante que sus hermanos desde
su más temprana edad. A estos habría que añadir una serie de factores
biológicos y del ambiente, como causantes de este trastorno.
Estudios
recientes han llevado a analizar como posibles causas en la parición de este
trastorno dos teorías, conocidas cada una de ellas como teoría del desarrollo y
teoría del aprendizaje, respectivamente.
La teoría del
desarrollo, parte de una edad muy temprana en el niño, cuando éste tiene entre
uno y dos años de edad, momento en el que encuentra problemas de autonomía,
caracterizados por una cierta dificultad para separarse de la persona a la que
se encuentra ligado emocionalmente. Como consecuencia de ello surgen unas
actitudes negativas que son consideradas como una continuación de “las
cuestiones normales del desarrollo que no se resolvieron de forma adecuada
durante los primeros años de vida”.
La segunda de
las teorías es la teoría del aprendizaje, para quien “las características
negativas del trastorno de conducta oposicionista y desafiante son actitudes
aprendidas que reflejan los efectos de las técnicas de refuerzo negativo
empleadas por los padres y figuras de autoridad”. La utilización de refuerzos
negativos por parte de los padres o maestros, por ejemplo, como figuras de
autoridad más destacadas, provoca un incremento en la frecuencia y la
intensidad de este tipo de conducta en el adolescente, ya que con ello lo que
hace es reclamar de una forma directa la atención, el tiempo, la preocupación y
la interacción que desea obtener de esas personas.
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