jueves, 30 de enero de 2014

Conceptualización histórica de la niñez y de la psicopatología


El estudio científico de la psicopatología infantil tiene poco más de un siglo, y se debe considerar que su constitución es el resultado de la confluencia de varias disciplinas, como son la pediatría, la psiquiatría, la neurología, la psicología y la sociología. Los aportes y progresos realizados en cada una de estas áreas de conocimientos han permitido la constitución y desarrollo de la psicopatología infantil.
 

Los trabajos realizados sobre la conducta muestran que desde la antigüedad existen referencias de las enfermedades mentales en los niños, aunque las ideas acerca de ellas y el modo de afrontarlas hayan sido diferentes según el momento histórico y el lugar.


No hay que olvidar que los que han sido designados como expertos en el tema de conducta anormal han representado generalmente las instituciones dominantes del momento, como son las religiosas, médicas, filosóficas, legales, políticas y científicas.


Antes, el niño no era reconocido, esperándose de él una conducta similar a la del adulto, pero sin sus derechos y considerándose propiedad de los padres para todos los efectos.
 

Otro aspecto es la gran mortalidad de niños, consideremos que dos tercios morían antes de los cuatro años debido a las enfermedades poco controladas, mala higiene en general y los problemas en la alimentación, y los sobrevivientes se consideraban como mercancía de gran valor ya que eran fuerza de trabajo. Por lo que nos damos cuenta de la falta de estatus del niño en la sociedad, que impedía verlos en otras dimensiones.


Cerca del siglo XVIII, a los trastornos del comportamiento en la infancia, se les atribuía un origen de posesión, malvados o idiotas. A partir del siglo XIX, se inician los esfuerzos por educarlos, en principio en asilos o instituciones para “idiotas” y posteriormente en refugios o escuelas para criminales, alborotadores o niños “retrasados”.
 

El movimiento de higiene mental y el movimiento de estudios del niño, a principios del siglo XX, proporcionan información al problema de los trastornos del comportamiento infantil, permitiendo actuar de forma más eficaz en la escuela y en sus casas.


En 1940, fueron descritos algunos síndromes severos en niños y se inician algunos programas educativos de tendencia psicoanalítica. Entre 1960 y 1979, se produce un rápido y gran crecimiento de los conocimientos tanto teóricos como prácticos, principalmente de la mano del conductismo.


Si bien los avances científicos de todas las áreas del conocimiento han incidido en el desarrollo de esta disciplina, la aplicación de estos aportes no habría podido realizarse si el concepto de infante o niño, con características específicas, no hubiese tomado posiciones en todas las áreas sociales.


La ausencia de una identidad independiente de la infancia y adolescencia ha impedido reconocer la importancia que tiene este periodo, así como sus características específicas. Estos hechos han incidido en el tardío desarrollo de la psicopatología del niño y del adolescente.


Los avances de la ciencia y los cambios de los valores sociales han ido perfilando la forma de aproximarse a la comprensión del comportamiento del niño y surge una concepción o visión vital para el abordaje de la psicopatología infantil, cuando se comienza a considerar al niño como un organismo en evolución cuya conducta cambia en el tiempo, según su nivel de desarrollo.

 

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