miércoles, 29 de enero de 2014

Normalidad


Al evaluar la conducta en el niño, cualquier juicio que establezcamos dependerá de los criterios que utilicemos para diferenciar la normalidad de la anormalidad. Así tenemos:

 

Normalidad como media: supone el considerar como normales aquellas conductas que se dan con mayor frecuencia en la infancia. Es importante, además valorar el momento evolutivo en que se produce el hecho, Así, no será lo mismo una conducta de excesiva dependencia hacia la madre en un niño de un año, que en uno de cinco. En este último caso se trataría de un retraso evolutivo.

 

Como problema, tenemos que muchos rasgos de carácter o características especiales de los niños serían patológicos según este criterio aún sin poder ser considerados como tales, como por ejemplo un niño extremadamente inteligente sería tan anormal como uno con un retraso mental.

 

Normalidad como ideal: esta idea tiene su origen en las teorías psicodinámicas, de acuerdo con las cuales, la normalidad completa se trataría de algo utópico. El desarrollo psíquico seguiría una escala evolutiva, cuyo eslabón final sería un equilibrio intrapsíquico completo. Evidentemente, la dificultad de este concepto reside en admitir la existencia de patología en prácticamente todas las personas.

 

Normalidad como ajuste: esto supone una aproximación más flexible al concepto de normalidad. Supondría la capacidad de adaptación del individuo al medio, de forma que todos aquellos síntomas que produjeses dificultades a nivel de las relaciones interpersonales, laborales, o en los rendimientos escolares, desde un punto de vista subjetivo o de acuerdo a un juicio externo, supondrían una patología.

 

Otra forma de evaluar la conducta sería siguiendo un criterio cuantitativo y cualitativo. Cuantitativo se refiere a que las conductas normales o anormales se diferencian en el grado o intensidad en que aparecen, por ejemplo una inquietud excesiva o una gran pasividad son sugestivas de conducta anormal. Lo cualitativo habla de una diferencia en la calidad y tipo de las conductas normales y patológicas. El caso más típico serían los síntomas psicóticos, que presentan una diferencia cualitativa clara con respecto a lo normal.

 

Para definir la conducta anormal, no hay un solo criterio, se podría dar una aproximación en función de:

 

  • Frecuencia e intensidad
  • De que los demás la perciban como irracional o incompresible
  • Que sea molesta para otros, daño
  • Que sea molesta para si mismo, sufrimiento
  • Conducta no adaptativa
  • Violación de normas éticas no escritas (implícitas)

 

Existen principios fundamentales para analizar estas características anteriores, que son:

 

-          No es necesario que se den todas

-          Ninguna es suficiente para que se de una patología

-          Siempre han de darse al menos dos de las características anteriores para que se de una patología

-          Ninguna conducta es por si misma anormal

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