Existen algunas
variables que se atribuyen al hijo y que pueden afectar la calidad del vínculo
de apego con su madre, en este sentido se plantean factores tales como el
temperamento, nacer prematuramente, discapacidades físicas y mentales del niño,
enfermedades neurológicas como parálisis y otros trastornos como labios
partidos y ausencia de paleta bucal, también pueden afectar el vínculo de apego
a establecer con su madre (Enríquez et al., 2008; Clements & Barnett,
2002).
El hecho de que el
niño tenga el diagnóstico de alguna enfermedad grave o deficiencia importante,
en forma temprana, puede influir en las conductas de crianza de los padres,
pudiendo implicar un riesgo y la posibilidad de generar un apego inseguro. Sin
embargo, se ha visto que los padres que reciben ayuda especializada y son
capaces de resolver esta crisis, pueden llegar a desarrollar un apego de estilo
seguro con sus hijos (Cantón & Cortés, 2005).
Del mismo modo se
observó que las madres con niños prematuros que tienen hemorragia intracraneal
(HIC), como factor de riesgo en el establecimiento del tipo de apego, tiende a
predecir un apego de tipo desorganizado, el que puede deberse a que esta
patología (HIC) genera algún tipo de daño neurológico, por lo que el
establecimiento de un apego desorganizado estaría hablando tanto de
deficiencias neurológicas en el bebé, como de un trastorno en la relación
madre-bebé (Pipp-Siegel, Siegel & Dean, 1999 en Cox et. al., 2000).
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