1. LA CAUSA ORGÁNICA: se refiere a la
existencia de un agente que desencadena la disfunción cerebral, dañando su
estructura o funcionamiento o ambos. Entre ellos encontramos la hipoglucemia
extrema, hipoxias prolongadas, severos traumatismos encéfalo craneal, incluso
se han descrito daños orgánicos temporales en casos de estrés fuerte luego de
una intervención quirúrgica, insomnio, fiebre y pérdida excesiva de sangre.
2.
FACTOR HUÉSPED: hace referencia a las variadas características de cada persona
con el daño, como la edad, por ejemplo en un niño, adolescente o adulto joven
frente a un TEC, tumor cerebral, infección o intoxicación, son más frecuentes
las manifestaciones de tipo delirium, con somnolencia e irritabilidad,
frecuentemente reversible. Entre los 40 y 60 años se incrementa la tendencia a
la enfermedad crónica acompañada de trastorno cognitivo. Otro factor huésped es
el grado de vulnerabilidad personal, así existen factores congénitos,
genéticos, psicológicos y psicosociales que desencadenan el daño orgánico.
Otro
de los factores huésped son las patologías orgánicas preexistentes, poseer un
antecedente de daño cerebral de cualquier origen, la presencia de enfermedades
crónicas renales, cardiovasculares, auto inmunes, hepáticas o pulmonares.
3.
FACTOR AMBIENTE: entre los elementos del ambiente que predisponen al daño
orgánico, encontramos el exceso o deficiencia de estimulación sensorial, el
aislamiento social, la pérdida de contactos interpersonales, poca familiaridad
con el medio circundante, como suele darse en la hospitalización aguda, cambios
de casa, etc. Vividos en forma traumática desencadenando desorientación general
en la persona. La población anciana es la más vulnerable a estas influencias
ambientales.
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