Los
niños y adolescentes se enfrentan a numerosas situaciones, debiendo adaptarse a
los cambios y acontecimientos propios de su ciclo vital. El trastorno como tal
se caracteriza por el desarrollo de síntomas emocionales o comportamentales,
como respuesta a un estresante psicosocial identificable, que se presentan
durante los meses siguientes a su inicio. Se puede clasificar como crónica
cuando los síntomas se mantienen por más de seis meses. El estresor puede ser
un evento simple o deberse a múltiples factores, así como inesperados o
dependientes del ciclo vital del niño.
El
Trastorno Adaptativo se divide en varios subtipos:
• Con estado de ánimo depresivo: predominan
el llanto, la tristeza y la desesperanza.
• Con ansiedad: predominan el nerviosismo,
preocupación o inquietud, además de ansiedad de separación.
• Mixto con ansiedad y ánimo depresivo
• Con trastorno del comportamiento: predomina
una alteración de la conducta normal del niño, tales como violación de reglas o
normas sociales, vandalismo, peleas e incumplimiento.
• Con alteración mixta de las emociones y del
comportamiento: comprende a todas las anteriores.
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