Los trastornos de conducta
tienen una presencia importante en los establecimientos educacionales y son
causa de alteraciones a nivel de la sala de clases, perturbando la dinámica de
enseñanza aprendizaje, generar problemas entre los compañeros, para la
disciplina, para la labor en si misma del profesor y para el mismo alumno que
puede ver deteriorado su rendimiento y adecuación al entorno social.
Como ya hemos dicho es importante
determinar las causas de este comportamiento que puede ser perturbador, ver en
qué situaciones o contextos se puede presentar, ya que no es lo mismo si esta
situación se presenta sólo en la sala de clases, que si estuviese presente en
una o más contextos, por ejemplo, casa, entre amigos y en la sala de clases.
Esto determina la forma en que actuaremos.
Generalmente los menores con
problemas de conducta reciben de parte del colegio la ayuda que ellos estén
preparados para brindar, es decir, el menor recibe la ayuda dependiendo de los
canales o redes que el establecimiento tenga para él. En la mayoría de los
casos no se atiende a las reales necesidades del alumno y lo que se hace es una
seguidilla de plazos o anotaciones que pueden resultar en una suspensión o
expulsión, cuando se han agotado las instancias escolares, por lo tanto se
aplica el reglamento y el menor queda fuera del sistema escolar.
El profesor a cargo frente a
los problemas conductuales deberá adoptar la estrategia de acercarse al problema
de manera comprensiva y determinar los factores o variables que incidan en el
mismo. De ese modo podrá planificar su proceder.
Los niños con problemas de
conducta generan una situación de indisciplina dentro de la sala de clases, ese
es el primer objetivo a enfrentar. No permita que las conductas del menor sean,
celebradas por los demás compañeros, es decir, que reciban una aprobación
social, de esa manera la conducta que en un principio era reforzada por las
respuestas de sus compañeros ya no lo serán más. De igual manera usted deberá
analizar su conducta para saber en qué medida su aprobación o rechazo del
alumno, es decir su relación con ese alumno, mantiene o fomenta esa conducta.
Por ejemplo puede usted fomentar que un alumno se porte mal, al retarlo
constantemente. Se ha visto que los profesores generalmente frente a un alumno
con mal comportamiento es etiquetado y se le asocia una imagen y es
constantemente reprendido por sus profesores, lo que es un primer error, dado
que la conducta por lo general tiene a incrementarse.
Hay que entender la dinámica
de la situación. En primer lugar entender que quizás la conducta del menor sea
una forma de llamar la atención o de pedir ayuda de manera indirecta. Piense
usted como se sentiría si frente a una necesidad suya la gente reaccionara con
rabia o lo retaran, nada agradable verdad.
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