“Parecía un esqueleto andante,
con sus piernas asomándoles como escobas, las costillas sobresaliéndole y sus
omóplatos como pequeñas alas. Su madre expresó: ‘al abrazarla no siento más que
huesos, como un pajarillo asustado’. Los brazos y piernas de Ana estaban
cubiertos de un vello suave, su aspecto era algo amarillento y su cabello
reseco le colgaba como hebra. Lo más impresionante era su rostro: ojos y
mejillas hundidas como los de una anciana con una enfermedad que la consume…
Ana insistía en que se sentía bien y que nada tenía de malo en verse tan
delgada”
En nuestra sociedad actual la
preocupación por el cuerpo y por la esbeltez ocupan un lugar clave. En esta
cultura que da especial valor al culto por el cuerpo, los trastornos de la
alimentación parecen haber tenido un campo abonado. Dentro e estos trastornos
los que comparten el miedo intenso a aumentar de peso se han convertido n las
alteraciones psicopatológicas que más están afectando a la población femenina
adolescente en los últimos años. Tanto la anorexia como la bulimia están
relacionadas y en apariencia pueden confundirse, ya que un mismo individuo
puede manifestar ambas características u oscilar entre ambos trastornos. Sin
embargo se deben diferenciar en su diagnóstico.
La anorexia es un trastorno
que puede tener consecuencias fatales y se distingue por negarse a comer, a
menudo sin causa justificada, lo cual da lugar a una excesiva pérdida de peso y
diferentes síntomas físicos, causados por la inanición. Así podemos decir que
existe una negativa a comer o un miedo intenso a aumentar de peso, acompañado
de un pensamiento obsesivo acerca de la comida, las calorías, el cuerpo y todo
lo que tenga relación con ello. Se añade una insatisfacción corporal que les
lleva a una distorsión perceptiva de algunas partes de su cuerpo (especialmente
muslos, caderas y barriga).
No es raro que las personas
que tienen anorexia busquen recetas y preparen banquetes deliciosos para los
familiares y amigos, pero no tomen ellos mismos la comida. También suelen
realizar rutinas de actividad física estrictas para no ganar peso así como una
serie de actos compulsivos, tales como almacenamiento de comida en sitios
ocultos, colección de recetas de cocina, etc.
No se conoce la causa de la
anorexia nerviosa. Esta normalmente comienza como un comportamiento de dieta
inocente, pero gradualmente progresa a una pérdida de peso extrema y dañina.
Las actitudes sociales hacia la apariencia del cuerpo, las influencias
familiares, la genética, los factores neuroquímicos y del desarrollo se
consideran posibles contribuyentes a la causa de la anorexia.
Las personas que desarrollan
anorexia tienen más probabilidades de proceder de familias que tienen
antecedentes de problemas de peso, enfermedad física y otros problemas de salud
mental, como depresión o drogadicción. Además, a menudo los adolescentes que
tienen la enfermedad proceden de familias que encuentran difícil resolver
problemas de forma apropiada, son demasiado estrictas, excesivamente críticas,
entrometidas y protectoras.
Las personas que tienen
anorexia pueden ser también dependientes, inmaduras en su desarrollo emocional
y es probable que se aíslen con frecuencia de los demás. Otros problemas de
salud mental, como los trastornos de ansiedad o trastornos afectivos, se
encuentran comúnmente. Las personas que tienen anorexia suelen someterse a los
deseos de los demás y no han aprendido a hacer frente a los problemas típicos
de la adolescencia, del crecimiento y de lograr cierta independencia.
Se cree que restringen la
comida (en particular los hidratos de carbono) para obtener una sensación de
control en una o más áreas de sus vidas. Para ellos, el control de su peso
aparentemente les ofrece dos ventajas; ejercer control sobre su propio cuerpo y
obtener la aprobación de los demás.
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