domingo, 23 de marzo de 2014

qué hacer en la sala de clases? Parte 1


Antes de desarrollar las estrategias pedagógicas debemos hablar de cómo el profesor debe desempeñarse ante un alumno con dificultades.

Considerando que el objetivo de una orientación es llegar a los alumnos, encontramos que las personas que están más cerca de ellos son los profesores. De acuerdo al nivel escolar en el cual se desempeñen tienen la oportunidad de alternar con mayor o menor número de alumnos, lo que les permite apreciar las características particulares de la población escolar.

Cualquiera que posea un concepto moderno y humanista de la educación comprenderá que la calidad de la relación psicológica que establezca el profesor con su alumno influirá en que el proceso enseñanza – aprendizaje logre los resultados propuestos. En el fondo, lo que se señala como funciones de orientación, no es más que una atención inteligente de este proceso, ya que a través de la enseñanza de la asignatura, se establece en la sala de clases una interacción con los alumnos, como individuos y como grupo curso, lo que determina la calidad de la relación psicológica que se tendrá con ellos, y que es, por así decirlo, el telón de fondo en que se realiza la intervención del profesor en el proceso de enseñanza – aprendizaje.

El conocimiento del alumno como individuo, sus capacidades y limitaciones, reacciones ante distintas situaciones o a aspectos positivos y negativos del medio ambiente que pudieran influir en él, permitirán al profesor buscar las formas de establecer una mejor comunicación y lograra también un mejor aprendizaje, como asimismo, distinguir, en un momento determinado, la conducta normal y anormal del alumno.

Estos son algunos de los elementos que requieren que le profesor sea un observador comprensivo e inteligente, lo que le permitirá crear una buena calidad de relación psicológica con sus alumnos.

Por otro lado, la calidad de la comunicación con el grupo le permitirá crear una atmósfera en la sala de clases que favorezca el aprendizaje y el desarrollo personal y social de sus alumnos. Un ambiente de clases adecuado permite una manifestación espontánea y natural de los niños y jóvenes, quienes, libres de tensiones innecesarias, logran que sus capacidades se demuestren sin inhibiciones, promoviendo un aprendizaje completo. Este problema se relaciona con lo que en la escuela se denomina disciplina.

Al hablar de la atmósfera de la sala de clases, se dice que hay aspectos que contribuyen a promover una ambiente saludable, que permite hacer un uso positivo de la ansiedad. La calidad de la relación psicológica es un factor fundamental, pero hay otros que influyen directa o indirectamente y que deben ser considerados. Entre ellos se encuentran la voz y las actitudes corporales del profesor.

La voz puede ser usada para producir ansiedad o para calmarla, y el manejo de la ansiedad es un aspecto importante en el aprendizaje.

El exceso de ansiedad inhibe, y hasta paraliza, aunque un grado de ansiedad medido, puede ayudar al estudiante a preocuparse más de su aprendizaje.

Las actitudes corporales juegan, un papel importante en la generación de un ambiente favorable en la sala de clases. Las actitudes corporales del profesor reflejan distintos estados de ánimo. Un profesor permanentemente tenso, comunica tensión; uno deprimido y desinteresado de su tarea, comunica mala disposición y aburrimiento, en tanto que el que se mantiene tranquilo y relajado transmite tranquilidad y equilibrio; el que se muestra optimista, comunica buena disposición.

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