Antes de
desarrollar las estrategias pedagógicas debemos hablar de cómo el profesor debe
desempeñarse ante un alumno con dificultades.
Considerando que
el objetivo de una orientación es llegar a los alumnos, encontramos que las
personas que están más cerca de ellos son los profesores. De acuerdo al nivel
escolar en el cual se desempeñen tienen la oportunidad de alternar con mayor o
menor número de alumnos, lo que les permite apreciar las características
particulares de la población escolar.
Cualquiera que
posea un concepto moderno y humanista de la educación comprenderá que la
calidad de la relación psicológica que establezca el profesor con su alumno
influirá en que el proceso enseñanza – aprendizaje logre los resultados
propuestos. En el fondo, lo que se señala como funciones de orientación, no es
más que una atención inteligente de este proceso, ya que a través de la
enseñanza de la asignatura, se establece en la sala de clases una interacción
con los alumnos, como individuos y como grupo curso, lo que determina la
calidad de la relación psicológica que se tendrá con ellos, y que es, por así
decirlo, el telón de fondo en que se realiza la intervención del profesor en el
proceso de enseñanza – aprendizaje.
El conocimiento
del alumno como individuo, sus capacidades y limitaciones, reacciones ante
distintas situaciones o a aspectos positivos y negativos del medio ambiente que
pudieran influir en él, permitirán al profesor buscar las formas de establecer
una mejor comunicación y lograra también un mejor aprendizaje, como asimismo,
distinguir, en un momento determinado, la conducta normal y anormal del alumno.
Estos son
algunos de los elementos que requieren que le profesor sea un observador
comprensivo e inteligente, lo que le permitirá crear una buena calidad de
relación psicológica con sus alumnos.
Por otro lado,
la calidad de la comunicación con el grupo le permitirá crear una atmósfera en
la sala de clases que favorezca el aprendizaje y el desarrollo personal y
social de sus alumnos. Un ambiente de clases adecuado permite una manifestación
espontánea y natural de los niños y jóvenes, quienes, libres de tensiones
innecesarias, logran que sus capacidades se demuestren sin inhibiciones, promoviendo
un aprendizaje completo. Este problema se relaciona con lo que en la escuela se
denomina disciplina.
Al hablar de la
atmósfera de la sala de clases, se dice que hay aspectos que contribuyen a
promover una ambiente saludable, que permite hacer un uso positivo de la
ansiedad. La calidad de la relación psicológica es un factor fundamental, pero
hay otros que influyen directa o indirectamente y que deben ser considerados.
Entre ellos se encuentran la voz y las actitudes corporales del profesor.
La voz puede ser
usada para producir ansiedad o para calmarla, y el manejo de la ansiedad es un
aspecto importante en el aprendizaje.
El exceso de
ansiedad inhibe, y hasta paraliza, aunque un grado de ansiedad medido, puede
ayudar al estudiante a preocuparse más de su aprendizaje.
Las actitudes
corporales juegan, un papel importante en la generación de un ambiente
favorable en la sala de clases. Las actitudes corporales del profesor reflejan
distintos estados de ánimo. Un profesor permanentemente tenso, comunica
tensión; uno deprimido y desinteresado de su tarea, comunica mala disposición y
aburrimiento, en tanto que el que se mantiene tranquilo y relajado transmite
tranquilidad y equilibrio; el que se muestra optimista, comunica buena
disposición.
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