Este es un blog hecho por una psicóloga clínica, pensando en un espacio dedicado a los padres y madres que necesitan orientación en temas cotidianos para resolver dificultades de sus hijos, además de brindar un espacio de reflexión para personas que requieran de un profesional.
viernes, 14 de febrero de 2014
Génesis de la Autoestima, Autoconcepto y Motivación en los Educandos
Los expertos afirman que el
concepto de sì mismo se desplaza durante la infancia desde un locus de control
externo físico, referido a la habilidad motora expresada mediante la
manipulación del mundo físico, la motilidad continua como saltar, jugar, correr
y la motricidad coordinada que se expresa en habilidades como el andar en
triciclo o bicicleta, por ejemplo. Así, durante los primeros años escolares las
actividades y habilidades físicas cobran relevancia en la propia
autoevaluación. Si se pide al niño que se describa éste lo hará en función de las acciones que
realiza.
Luego, a los siete años
aproximadamente, este foco de atención se desplaza a la comparación entre lo
que ellos hacen y lo que hacen los otros y se describen en función de esa
percepción. Esto significa un cambio de foco, desde las acciones habituales
externas del sì mismo hacia las competencias internas del sì mismo; es decir,
hacia un locus psicológico interno.
Este punto cobra gran importancia
en el sistema escolar dado que el niño se va a percibir conforme sea la percepción que los otros
tienen de él. Su sentido de competencia depende ahora de factores externos,
como la evaluación de la persona más
significativa y que sirve de modelo en el contexto escolar; el profesor y
además sus pares.
En relación a sus compañeros, el niño
se enfrenta a un mayor número de comparaciones respecto de sus habilidades,
competencias y su desempeño dentro del grupo. Puede resultar como adecuado o
inferior en la ejecución de sus tareas escolares. Si el sentimiento es de
inferioridad disminuye el interés por sus tareas y evitara situaciones de
evaluación para no experimentar su incapacidad y pérdida de confianza en sus
capacidades. Muchas veces asumen una actitud de inercia, de inactividad. Esta
Actitud de inercia se da en alumnos contrastarnos de aprendizaje los cuales
ante reiteradas experiencias de fracaso escolar van mermando su nivel de
autoestima. Ante dificultades académicas, por ejemplo, cuando tiene un éxito
académico lo explican como resultado de factores externos “lo fácil que era la
actividad”; y cuando fracasa en alguna tarea lo atribuyen a su falta de
habilidad: “no soy bueno para esto”. En el primer caso se habla de atribución
externa y en el segundo de atribución interna.
Con el ingreso del niño al sistema
escolar se produce un cambio y ampliación de los factores que afectan el
desarrollo de la autoestima y de autoconcepto. Estos factores que inicialmente
pertenecen al ámbito privado de la familia pasan a multiplicarse y compartirse
por los otros niños, profesores y toda la amplia gama de experiencias que
proporciona la escuela. Así entonces, el autoconcepto se formaría gradualmente
a partir de las experiencias del niño con su realidad más cercana, siendo la
familia el primer agente, en la configuración de la autoimagen primaria, es aspectos
tanto físicos como psicológicos, las cual se verá influida por el agente
secundario que es la escuela.
En conclusión se puede decir que el
autoconcepto y la autoestima se van delineando en la relación con los otros,
por ello las relaciones interpersonales en la escuela influyen fuertemente en
el autoconcepto del niño y esto a su vez incidirá en el desempeño cognitivo y
social del escolar. Es importante que los profesores promuevan un ambiente que
favorezca el desarrollo de habilidades sociales y de interacción afectiva con
sus pares y con los mayores con el propósito de resguardar el desarrollo
positivo tanto del autoconcepto como de la autoestima.
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