martes, 28 de enero de 2014

Concepto de Normalidad y Anormalidad


Para hablar de normalidad y anormalidad debemos saber primero qué es la salud mental. Según la Organización Mundial de la Salud, O.M.S.(1946), se define salud mental como: “estado de completo bienestar mental, físico y social, y no meramente la ausencia de enfermedad o dolencia”.

 

El concepto de salud hay que entenderlo de manera amplia e integral, y además, como el equilibrio entre el hombre y su medio ambiente, como una manera de vivir que suponga el desarrollo de la potencialidad humana, que permita el goce pleno y armonioso de sus facultades, para disfrutar de un bienestar individual y para participar en el progreso común. 

 

En cualquier caso, la salud, y por tanto la salud mental, se contempla como un proceso dinámico, por el cual todas las personas transitan en la vida, experimentando diferentes periodos en los que el grado de salud varía dentro de ese proceso continuo salud – enfermedad.

 

La salud mental es mucho más que la ausencia de trastorno mental. La salud mental es un estado en el cual todos queremos estar. Cuando hablamos de felicidad, tranquilidad, goce o satisfacción, casi siempre nos estamos refiriendo a la salud mental.

 

La salud mental también tiene que ver con la vida diaria de todos, se refiere a la manera como cada uno de nosotros nos relacionamos con otros en el seno de la familia, en la escuela, en el trabajo, en las actividades recreativas, en el contacto diario con nuestros pares, y en general, con la comunidad.

 

Comprende la manera en que cada uno armoniza sus deseos, anhelos, habilidades, ideales, sentimientos y valores morales con los requerimientos para hacer frente a las demandas de la vida.

 

No existe una línea divisoria que separe con precisión a la persona mentalmente sana de la que no lo está, debido a que existe toda una gama de grados en salud mental y no hay una característica singular que pueda tomarse aisladamente como evidencia de que se la posee.

 

Por otra parte, tampoco la ausencia de uno de esos atributos puede admitirse como prueba de “enfermedad” mental. Más aún nadie mantiene durante toda su vida las condiciones de “buena” salud mental.

 

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