lunes, 17 de enero de 2011

• Desarrollo del ciclo vital: periodos de desarrollo humano

El ser humano es un supra sistema altamente complejo e integrado, el nivel de integración armónica determina el grado de desarrollo y madurez de su personalidad. Todo lo cual impone a la educación una misión ardua y difícil, la superación de las dificultades radica en un conocimiento teórico-práctico de los diferentes niveles de las áreas de desarrollo de la persona, y del profesional que trabaja con personas en desarrollo.

El ser humano no es un agregado de elementos yuxtapuestos; es un todo integrado que constituye un supra sistema dinámico, formado por muchos subsistemas perfectamente coordinados: el subsistema físico, el químico, el biológico, el psicológico, el social, el cultural, el ético-moral y el espiritual. Todos juntos e integrados constituyen la personalidad, y su falta de integración o coordinación desencadena procesos patológicos de diferente índole: orgánica, psicológica, social, o varias juntas.

Por esto, el llevar a un ser humano a su pleno desarrollo y madurez, en su realidad integral, constituye la empresa más difícil y ambiciosa que pueda proponerse una persona, una institución e, incluso, una sociedad completa. Sin embargo, caminar en esa dirección, abriendo horizontes e iluminando caminos, es la meta que se propone, en general, toda verdadera educación y desarrollo pleno del ser humano.

Como ya hemos visto, la psicología del desarrollo intenta explicar los cambios que tienen lugar en las personas a lo largo de su vida. El desarrollo es entendido como un proceso continuo, global y a la vez flexible. Estos cambios pueden ser explicados a través de diferentes factores como son la herencia y el ambiente, además es importante evaluar el contexto histórico y sociocultural donde se estudia a la persona.

No es simple definir el desarrollo, podríamos decir que está constituido por una serie de factores como son la herencia, la genética de cada persona, y otras variables externas como son el ambiente donde crece esa persona.

El concepto mismo de desarrollo, cuando está referido al ser humano, debe ser bien entendido. Deberá ser entendido en sentido estricto como despliegue o desenvolvimiento en los niveles de las estructuras físicas, químicas y biológicas; pero deberá ser entendido en sentido sólo metafórico al referirse a la configuración de estructuras psíquicas, sociales, culturales, éticas, espirituales u otras de nivel superior, ya que, en este nivel, no existe una sola meta prefijada genéticamente, como es el caso de las estructuras inferiores, sino múltiples posibilidades.

El desarrollo implica cambio, cuando nos referimos a cambio, aludimos a que pueden ser: cualitativos o cuantitativos. Los cambios cualitativos (calidad) se relacionan con la maduración, es decir, con la variación morfológica y química que experimenta el organismo. Los cuantitativos (cantidad) se relacionan con el crecimiento, es decir, con el incremento del tamaño de talla, peso, etc. Asimismo, los cambios cualitativos o cuantitativos pueden ser observables o no observables.

La amplitud y complejidad del desarrollo humano ha propiciado que múltiples disciplinas se hayan abocado a estudiar y tratar de desentrañar su realidad y enigmática naturaleza. Es así como la filosofía de la educación, la pedagogía, la biología genética, la psicología del desarrollo, la sociología educativa y muchas otras han dado aportes muy valiosos para guiar la acción práctica de las profesiones de ayuda.

La filosofía griega creó una imagen del hombre centrada en la virtud y la razón: el hombre alcanzaba la virtud a través del uso de la razón y siguiendo sus demandas. El pensamiento cristiano le añadió los conceptos de amor y pecado. El Renacimiento introdujo los aspectos de poder y voluntad, plasmando la imagen política del hombre. Los siglos XVIII y XIX racionalizaron el interés de los hombres por la propiedad, las cosas y el dinero. La imagen freudiana de la primera mitad del siglo XX enfatizó el aspecto impulsivo, irracional e inconsciente del ser humano, y la psicología conductista puso el acento en la presión que ejercen los factores ambientales. En los tiempos actuales se enfatiza la necesidad de la armonía y convivencia de las áreas del desarrollo humano.

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