1. Las
normas deben ser comunicadas de una manera muy clara y precisa. Deben ser
consistentes y consensuadas entre los padres. Los niños necesitan saber que si
hacen algo, sus padres van a responder de tal forma de manera sistemática. Así
el niño sabe cómo moverse en el mundo, ordenar su conducta y saber a qué
atenerse.
2. Nunca
es bueno castigar o amenazar con quitar el afecto. Para el niño esto es
demasiado fuerte y dañino.
3. Los
niños aprenden cuando los elogian, más que cuando los castigan.
4. Con el
tiempo el niño aprende a autocontrolarse y ponerse algunas reglas ellos mismos.