¿Qué es
el maltrato?
Cualquier actitud abusiva de una persona contra
otra, sea por omisión – privar a la otra
persona, en este caso el niño, la niña de algo a lo que tiene derecho -
o por comisión – cualquier acto agresivo cometido contra el niño, la niña - que
atente contra su desarrollo integral y viole los derechos de la niñez, y que
puede ser cometido por un adulto u otro niño, niña, en los diversos ámbitos del
convivir.
La palabra maltrato por sí sola nos dice mucho:
Mal – trato, un trato malo, habla
de una relación negativa, sin justicia, que ofende, atropella los derechos,
lastima y pisotea la dignidad; por lo que podemos decir que maltrato es: toda
agresión que nos causa daño en el cuerpo, la mente y los sentimientos.
¿Por qué se maltrata?
Los niños, las niñas, por no ser adultos, fueron
vistos como imperfectos frente a lo que se cree perfecto; débiles frente a los
fuertes; incapaces frente a la capacidad del que se considera superior.
Se maltrata también a los niños, las niñas porque
tenemos la idea de que son seres humanos incompletos, incapaces que deben
obedecer ciegamente al adulto. Debemos luchar contra estas falsas concepciones:
Debemos apoyar procesos para que los niños, las niñas
dejen de ser vistos como animalitos que aprenden con golpes, pues recordemos
que todos ellos son personas de carne y hueso, tienen sentimientos, ideas
propias y no les gusta el maltrato y la arbitrariedad, tanto como a usted que
es ya un adulto.
Algunos tipos de maltrato:
Maltrato Institucional
Se produce cuando, en nombre de los derechos y
necesidades del niño, la institución lesiona y atenta contra los derechos que
garantizan un desarrollo integral. Puede producirse en las escuelas, hospitales
o cualquier otra institución. Una institución es maltratante cuando protege al
empleado que causó daño a un niño, una niña o adolescente.
Maltrato Individual
Es el que se da en la intimidad de la convivencia y
puede ser por negligencia. Se considera negligencia al descuido grave y
persistente de un niño, una niña o adolescente; o al fracaso en darles
protección y evitar situaciones de riesgo para su vida. La privación voluntaria
de dar alimentos, educación, cuidados diarios, higiénicos y médicos son también
actos negligentes.
Maltrato físico
Es el atentado que se comete contra el cuerpo
de niños, niñas en su aspecto físico. En
el cuerpo se concentran las huellas simbólicas del maltrato: tensiones,
contracturas, heridas, moretones y otros síntomas. Es toda agresión física: el
jalón, los rasguños, los golpes, las patadas, los correazos, los fuetazos, las
quemaduras, las heridas dentro o fuera del cuerpo; pegar con látigo, correa,
cabestro, ortiga, cable de la luz, soga, palo de la escoba, chancleta; sacarlos
de la casa, dejarlos sin comer.
Señales de maltrato físico son las lesiones en
cualquier parte del cuerpo: cara, brazos piernas; algunas veces invisibles:
espalda, nalgas, pies, zona genital; o cuando un niño, una niña tiene
frecuentes fracturas.
Señales físicas de maltrato
- Hematomas o contusiones (hinchazón, golpes)
- Hematomas subdurables (golpes que están
desapareciendo)
- Cicatrices
- Marcas permanentes
- Laceraciones (raspones)
- Quemaduras con cigarro
- Quemaduras con objetos
- Fracturas
- Ausencia de cabello en partes de la cabeza
- Hemorragia de la retina
- Ojos amoratados
- Dislocaciones (salida de los huesos)
Maltrato sicológico o emocional
La frontera entre el maltrato físico y sicológico
es difícil de delimitar. El maltrato sicológico es un atentado contra el niño,
la niña o adolescente en su aspecto emocional, a través de insultos contra el
propio cuerpo, la inteligencia o el origen. Sin lugar a dudas sus efectos son
iguales o más graves que el maltrato físico, ya que la identidad es un proceso
que se construye a partir de las imágenes que se reciben de los propios padres
y adultos significativos en la vida.
Si el niño, la niña tiene imágenes negativas de los
adultos, los efectos serán vistos en la construcción de su identidad y la auto
valoración que tenga de él o ella. Se considerarán buenos o malos, incapaces o
capaces, según lo que el adulto le haya hecho sentir.
El maltrato sicológico está en las palabras
groseras y toscas que se le dicen a un niño, una niña, en las burlas o en las
comparaciones absurdas. El maltrato sicológico destruye o lesiona la
autovaloración de la niñez. Las palabras hieren más que los golpes. Este es uno
de los maltratos menos reconocido por los adultos; pero el que con más
frecuencia utilizan a través de los insultos, chantajes, apodos ofensivos,
comparaciones, humillaciones.
Palabras como tonto, estúpido, bueno para nada,
vago, sinvergüenza, burro, se usan con frecuencia y parecería que no dañan,
pero son palabras que dejan marcas en el alma de quien las recibe y pueden ser
imborrables pues son dichas por personas que para el niño, la niña son fuente
de cariño.
¿Cuándo sospechar e investigar maltrato sicológico?
- Si ve que un niño, una niña se vuelve violento y
antes no era así, o si agrede constantemente a sus compañeros/as, los insulta,
se apodera de pertenencias ajenas, etc.
- Si el niño, la niña tiene hiperactividad, está en
constante y desorganizada actividad; si en la escuela se le considera un
problema porque desorganiza e inquieta el ambiente del aula.
- Si el niño, la niña tiene temor a hablar y mirar
al adulto. Si una palabra o intento de acercamiento, por un adulto, bastan para
provocar una reacción de ansiedad.
- Si un niño, una niña es extremadamente sumiso y
ha dejado de ser alegre y espontáneo, volviéndose pasivo.
- Si un niño, una niña se come las uñas, se
ruboriza con facilidad, se orina en los pantalones, etc.
- Si una niña, un niño se queda sentado solo en un
rincón del aula, tiene bajo rendimiento escolar, no puede concentrarse ni
memorizar, no tiene entusiasmo para captar lo que le enseñan, está deprimido.
- Si un niño, una niña se considera tonto, burro,
bueno para nada, cree que merece ser castigado y que sus padres o maestros
tienen razón en castigarle, ha perdido su autovaloración por maltrato
sicológico.
Señales de maltrato emocional
Pueden ser señales de maltrato emocional, si el
niño, la niña no lo padecía y ahora:
- Se angustia frente al llanto de otros niños
- Es agresivo y negativo
- Tiene miedo de ir a la casa o a la escuela porque
no se sienten querido
- Tiene miedo a los padres o a los adultos
- No puede estar quieto
- Está excesivamente tranquilo
- Se ha vuelto desordenado
- Tartamudea
- Se come las uñas
- Hace movimientos involuntarios de ojos, pies,
manos, etc.
- Se enferma de todo
- No tiene espíritu explorador
- Tiene escasa curiosidad
- Rechaza recibir ayuda
- Intenta suicidarse
- Tiene miedos y fobias
Maltrato por negligencia:
Se considera maltrato por negligencia cuando existe
un descuido grave y frecuente para satisfacer las necesidades de un niño, una
niña, tanto en el aspecto físico como sicológico. Es el maltrato causado por
las cosas que debemos hacer por los niños, las niñas y no lo hacemos por
descuido, desconocimiento o indiferencia.
¿Cuándo sospechar e investigar negligencia o
abandono?
- Si presenta retardo en el desarrollo psicomotriz
(hablar, caminar, leer, escribir, dibujar, correr) y se ha descartado causa
médica.
- Si tiene retardos selectivos del desarrollo, es
decir, decide voluntariamente que no quiere aprender o que no quiere caminar.
- Si de repente explota en llanto injustificado y
no sabe explicar el porqué.
- Si tiene trastornos o retardos del habla.
- Si la higiene personal está descuidada, no se
baña, no se lava los dientes, lleva ropa sucia y rota siempre.
- Si usa ropa no adecuada al clima y al tamaño de
su cuerpo y no es por razones médicas o por juego.
- Si el adulto responsable no supervisa lo que
hace.
- Si hay fatiga crónica (está cansado siempre).
- Si hay hábitos inadecuados (no usa el baño para
sus necesidades biológicas y las hace en cualquier parte).
- Si tiene cambios de comportamiento, con tendencia
agresiva o de aislamiento.
- Si hay retrasos en el desarrollo mental o
emocional.
Un niño, una niña maltratado continuamente
presenta:
- Baja autovaloración, pierde el amor y el respeto
por su persona. Se considera tonto, burro, malo.
- Le gusta que le castiguen, pues cree que se lo
merece.
- Extremada sumisión y complacencia, no pregunta
nada ni cuestiona nada cuando un adulto le dice algo.
- Incapacidad para defenderse, tiene tanto miedo de
sus agresores y las reacciones de ellos, que prefiere dejarse tratar mal.
- Ansiedad, y por ello se come las uñas, se
despelleja los dedos, se sonroja con facilidad, se orina.
- Ausencia de paz interior porque ama a los que le
hacen daño; al mismo tiempo, no quiere quererlos por el daño que le hacen y se
siente culpable por lo que siente.
- Agresividad, irrespeto a otras personas, se
vuelven hiperactivos (está en constante actividad pero de forma desorganizada).
- Falta de confianza en el otro, mirada esquiva y
voz tímida frente a los adultos.
- Desinterés en jugar, en
aprender o compartir con los demás.