viernes, 6 de mayo de 2016

Mujeres y Madres hoy

Hoy comencé un nuevo trabajo, un trabajo con más riesgo, más inestable si se quiere ver de esa forma, algunos han pensado que será muy difícil, y que es mejor tener estabilidad antes que otra cosa. Qué cosa buscaba yo? TIEMPO, menos tiempo de viaje entre la casa y el trabajo, lo que permite más tiempo en casa, con las niñas, más tiempo para ir al colegio a distintas actividades, más tiempo para la perrita que queda en el día sola, más tiempo para llevarlas al doctor, a una plaza, o sólo para verlas jugar. Sacrificando estabilidad económica en pos de estabilidad emocional. Pero el costo es alto, dejar la certidumbre para lanzarse sin saber dónde va una a caer, cuesta sí, y se necesita de apoyo, de sostén emocional para soportar la caída libre.

Hoy también leía un artículo de la Revista YA de El Mercurio, "Malas Madres", hace tiempo había visto en facebook algunos artículos y comentarios, puedo estar de acuerdo con muchos comentarios y opiniones que allí se exponen, en especial con los que ayudan a liberar la culpa, la infinita culpa de las madres por "no estar", la autora del blog lo llama "no llegar", no llegar a la casa a tiempo, no llegar al colegio a tiempo, en fin.... estar con la sensación constante de estar atrasada y no llegar realmente, pesada carga que se nos ha impuesto desde los tiempos en que las madres salimos a trabajar, pero es también una carga que nosotras hemos puesto sobre nuestros hombros, queremos ser perfectas madres, dueñas de casa y trabajadoras, lo cual es un estándar imposible de poder alcanzar. Muchas mujeres critican a otras por "dejar a los hijos solos", por "trabajar muchas horas fuera de casa", pero también a aquellas que por suerte (llámese destino) se quedan en casa al cuidado de los hijos, ejerciendo la maternidad a tiempo completo, a ellas se les llama dueñas de casa, se les envidia por el tiempo libre para "ir al supermercado, para ir al gimnasio o de compras", pero también se les critica porque se dice que los hijos van a crecer y ellas quedarán sin "una vida propia", sin haber "realizado sus sueños" o postergándose en pos de la crianza.  "Porque sí y porque no" van a existir críticas y culpas, de nosotras, de la sociedad, de lo que se espera "ser" o "hacer".

Me gustaría que existiera mayor libertad para aceptar la opción de cada madre, sin tanta opinión entrometida, que sólo genera más culpa. Pero es también es responsabilidad de los medios sociales, de los blogs de crianza, de facebook, de los empleadores, de la sociedad en general, que emite mandatos de lo que "debería ser" una madre perfecta. Me llama la atención que se diga que una mujer debe tener tiempo para sí misma y salir con sus amigas un viernes por la noche, dejando de lado la culpa por dejar a los niños en casa pese a no haberlos visto durante el día, y la que no lo hace es muchas veces enjuiciada por sus congéneres, quizás la opción es justamente no salir, quedarse a jugar, ver una película infantil por octava vez, estar en casa en pijama puede ser también reparador para la psiquis femenina luego de una semana de trabajo fuera y dentro de casa. La idea no es defender una u otra postura, es respetar cada opción. Los mandatos son los que limitan la libertad de ser y hacer.

En vez de pedir madres perfectas debemos pedir madres suficientemente buenas, con errores, con culpas, con alegrías, con la conciencia para reparar cuando nos equivocamos, para criar a un niño seguro debemos permitirnos ser de la mejor forma que podamos ser, sólo aceptándonos las unas a las otras vamos a generar una tribu que apoya y acoge.