sábado, 21 de marzo de 2009

“DONNIE Y LUNA… ¿QUIÉN TIENE LA ATENCIÓN DE LOS PAPÁS?”

Estaba la familia almorzando, la mamá había preparado la comida favorita de los niños, papas fritas con pollo al horno; Donnie comía rápidamente, siempre era el primero en terminar su almuerzo, Luna en cambio, masticaba cada bocado con lentitud, cosa que daba mucha risa a su hermano. Conversaban animadamente acerca del colegio de los niños cuando Luna le pide a su madre que corte su pollo, ya que le “daba lata”, dijo. La madre rápidamente la ayuda, mientras el padre llama la atención de su hijo por tomar la comida con las manos. Donnie se molesta con ellos y les dice que “siempre” lo retan por “cualquier cosa” y a “ella siempre la ayudan y protegen en todo”, hizo intento de dejar la mesa, pero su madre le dice que no puede levantarse hasta que todos terminen su almuerzo. Donnie, enojado, deja de comer y bruscamente tira su servicio sobre el plato. Luna lo mira y le dice que a ella la ayudan porque “me porto bien”, pero el niño alega que él hace “mucho esfuerzo” por controlar su conducta inquieta y nadie le ayuda a cortar su pollo, el padre entonces interviene diciéndole que él “ya es grande” y ya sabe comer solo, el niño a punto de llorar dice “ella también es grande y a mí no me pescan desde que ella nació”, su mamá le dice que no es cierto y que se disculpe con su hermana, que había comenzado a llorar, diciendo “yo quiero a mi hermano y él desea que yo no hubiese nacido”. Donnie controlando sus lágrimas sube corriendo a su cuarto y se encierra a llorar.

Los padres calman a su hija y la dejan almorzando para ir a conversar con el pequeño. El padre se acerca a la cama, se sienta y con una mano acaricia el cabello del niño, le dice que se dan cuenta que en ocasiones dedican más tiempo y atención a Luna, ya que ella es pequeña y debe aprender cosas, que él ya aprendió. La madre agrega que es natural que se sienta dejado de lado, pero ellos están siempre preocupados por él y van a estar atentos si necesita ayuda. Donnie más calmado se sienta sobre su cama y les dice que le gustaría compartir más tiempo con ellos a solas, para poder jugar o conversar de sus “cosas”, que “también son importantes”, agrega.

Entonces, Luna, entra a la habitación y le dice a su hermano que “a veces”, ella “a propósito” y para molestarlo, requiere de la atención de sus padres; Donnie está a punto de darle un golpe cuando la niña agrega que “no se siente bien haciendo esto” y que le gustaría que todos estuviesen contentos y no pelearan más por “el cariño de los papás”, ya que “nos quieren a los dos”. La madre les cuenta su plan: de ahora en adelante, cada niño podrá salir o jugar o simplemente estar con uno de los padres a solas y así compartir sus inquietudes, y luego cambiar de padre”, así “todos compartimos” agrega el papá. Luna les dice que puede ser el sábado y el domingo que es cuando “los papás no trabajan” y “tienen más tiempo”, Donnie ríe alegremente y le da un beso a su mamá.

Niños de distintas edades, necesitan de distintos cuidados, siempre han de requerir atención, pero a medida que crecen se vuelven más independientes de sus padres. Papá y mamá deben estar atentos a diferenciar las necesidades de cada hijo, dejándoles espacio para su propia intimidad, se les debe hacer saber que están disponibles para escucharlos y atenderlos, y por supuesto cumplir con ello. La comunicación abierta y los momentos para compartir con los hijos entregan confianza para que ellos, en el futuro y ya de adolescentes, se atrevan a hablar con los padres, compartiendo sus inquietudes. Con un dialogo abierto podemos evitar conflictos mayores en los hijos adolescentes.